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Zancadillas en Europa

Gabriel González17 de febrero de 2004

En la Unión Europa crece la polémica en la víspera del encuentro en Berlín entre Schröder, Blair y Chirac. Unos sueñan con “super-comisarios” y otros escriben cartas como declaraciones de guerra.

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“Tu estas formando un directorio” – “Y tu un eje”Imagen: AP

A Schröder, Blair y Chirac no les gusta que se les identifique como el nuevo “directorio europeo”. El término suele poner los pelos en punta a Aznar y Berlusconi. Pero la denominación alternativa “los tres grandes” tampoco parece ser adecuado ya que hace recordar al histórico trío Churchill, Roosevelt y Stalin. ¿Y quién quisiera ser Stalin?

Mientras tanto, el canciller alemán, Gerhard Schröder, lanza una nueva propuesta para reformar la Comisión de la Unión Europea. A la fuerza, dicen algunos – con visión, dicen otros. Según el prestigioso diario alemán Süddeutsche Zeitung, Schröder quiere crear el puesto de un “super-comisario” con amplios poderes dentro de la Comisión Europea.

Un Superman para Europa

El nuevo cargo, por supuesto ocupado por un alemán, reuniría los cargos actuales de Pascal Lamy (Comercio), de Erkki Likanen (Empresas), Frits Bolkestein (Mercado Interior y Fiscalidad), y de Margot Wallström, comisaria de Medio Ambiente. Con ello, Schröder pretende mejorar la competitividad de la Unión Europea en los mercados internacionales y acelerar las decisiones económicas dentro de la UE.

Schröder trata de matar dos pájaros de un tiro. Por un lado se presenta como reformador y europeo, preocupado de la futura eficacia de la Comisión Europea. A la vez aseguraría el papel importante que Alemania ocupa en la Unión. Como candidato para el posible nuevo puesto se baraja el nombre de Guenter Verheugen, actual comisario de Ampliación.

Schröder trata facilitar la aprobación de su iniciativa prescindiendo del juego de designar algún candidato a la presidencia de la futura Comisión. Contando con un comisario alemán tan poderoso en Bruselas, Schröder vería a Alemania lo suficientemente representada en la Europa de los 25.

El eje Madrid - Roma

Obviamente, planes como estos tienen que aumentar aún más la desconfianza en Madrid y Roma. El pasado Lunes, seis miembros de la UE - España, Italia, Portugal, Países Bajos, Polonia y Estonia- firmaron una carta en la que piden la estricta aplicación del Pacto de Estabilidad tal como fue redactada en Maastricht.

La fecha de esta iniciativa liderada por el primer ministro español, José María Aznar, no es casualidad: un día antes del encuentro de Schröder, Blair y Chirac en Berlín. La cifra ‘seis’ tampoco es casual y hace referencia a la carta de los seis contribuyentes neto de la Unión del pasado diciembre. Unidos contra el supuesto ‘directorio’ franco-germano-británico, el nuevo eje Madrid-Roma buscó el apoyo de dos países que todavía no son miembros de la Unión Europea: Polonia y Estonia. Ambos se incorporarán el primero de mayo a la UE.

A pesar de todos los recelos que causa la eterna discusión sobre alianzas, ejes y directorios en Europa, y considerando sobre todo el poco crecimiento en la eurozona, la propuesta de Schröder de fortalecer la cartera de industria en la futura Comisión Europea no es por sí tan mala. Schröder sólo debería evitar la imagen de perseguir a la fuerza puros intereses nacionales.