Washington tiene la palabra
16 de diciembre de 2003The Times, de Londres, opina: "La gran esperanza radica ahora en que Estados Unidos, como líder de la coalición, maneje correctamente el asunto del proceso. Seguramente habría sido mucho más agradable encontrar a Saddam Hussein muerto. Pero el hecho de que se lo haya capturado vivo plantea un desafío delicado y a la vez esperanzador. La verdad podría salir a la luz, podría haber reconciliación. Podría abrirse un nuevo capítulo en la historia de Irak y de toda la región. Pese a sus múltiples fallas, Occidente podría demostrar que las democracias se toman en serio el derecho y la justicia".
Tribunal internacional
Le Monde, de París, aboga por la instauración de un tribunal internacional: "¿Cómo juzgar a un criminal, cuyos delitos son por lo menos tan graves como los de Slobodan Milosevic? El presidente del Consejo de Gobierno provisional iraquí, Abdul Asis Al Hakim, ya manifestó sus preferencias: que Saddam Hussein sea llevado ante un tribunal iraquí, en Irak. No obstante, no existe una tradición seria de jurisprudencia en ese país. Ante el carácter excepcional y la magnitud de los delitos, ¿no corresponde más bien la instauración de un tribunal especial de la ONU en Bagdad, con jueces iraquíes e internacionales? Aun cuando no reconozca al Tribunal Internacional, Estados Unidos podría optar por una solución meritoria, que pase a la historia".
¿Justicia o venganza?
En Alemania, el diario Südwest Presse, de Ulm, coincide en la conveniencia de una corte internacional, pero no es muy optimista: "Saddam Hussein fue un dictador de una brutalidad poco común. Pero no sería bueno que sus opositores hicieran con él un proceso relámpago. La ofensiva contra el régimen de Saddam se justificó también con el argumento de crear condiciones de libertad y derecho para el pueblo iraquí. Por eso, Saddam debe ser juzgado con apego a esos principios. En estos momentos, sólo un tribunal internacional puede asumir dicha tarea. La Corte Internacional de la ONU en La Haya sería la adecuada para ello. Pero estados Unidos no la reconoce y, por otra parte, allí se excluye la posibilidad de la pena de muerte. Cabe temer que la ONU nuevamente quede al margen y que no se imponga el derecho sino la venganza".
Múltiples intereses
Según La Repubblica, de Roma, lo principal para Bush son las elecciones presidenciales del año entrante. "Si en el caso de Irak los actores fuesen únicamente los estadounidenses y los pueblos de la zona, no sería injustificado el optimismo. Pero el problema radica en que muchos otros tienen interés en Irak, no precisamente con la intención de reconstruir el país, sino de transformarlo en un escenario permanente de luchas. (...) Más incluso que Estados Unidos, son los sauditas, sirios, turcos y especialmente los iraníes lo que tienen en sus manos la clave del futuro de Irak. Bush lo sabe, pero aún no ha resuelto qué debe deducir de ello. En todo caso no lo hará hasta noviembre del 2004, porque para él tiene prioridad la reelección, que ahora parece más que probable. Sólo entonces, en su segundo período, llegará el momento de estabilizar la región del Golfo".