Para Rafael Osterling, el ceviche es la puerta de entrada a la gastronomía peruana. “De ahí, el cielo es el límite”, dice este chef peruano que lidera cuatro restaurantes en Lima y dos en Bogotá, entre ellos El Mercado, un homenaje a la cocina peruana como crisol de influencias: asiáticas, hindúes, japonesas y mexicanas, que se funden sin perder la esencia.
Su propuesta contemporánea busca elevar los sabores de su país a otros estándares, siempre con amor y técnica. Defiende que su restaurante es un espacio de disfrute y confort, abierto a todas las personas, sin importar su clase social.
Critica las desigualdades en Perú, como el machismo, el racismo y el clasismo, pero se enorgullece de ver a antiguos empleados abrir sus propios restaurantes, inspirados en su trabajo.
Para Osterling, ser considerado uno de los mejores chefs es un honor, pero recuerda: “El día que te lo crees, dejas de crecer”.