Una cumbre difícil pero diplomática
26 de junio de 2003Por primera vez desde que finalizó la guerra contra Irak se reunieron en Washington altos funcionarios de la Unión Europea y Estados Unidos. Las relaciones diplomáticas entre ambos bloques atraviesan uno de los momentos más críticos en su historia. De ahí el redoblado esfuerzo por disminuir las diferencias. Pero aun cuando la corta cumbre se caracterizó por un esfuerzo de armonía, los futuros conflictos están programados.
Primero lo fácil
Uno de los principales temas fue el de la proliferación de armas de destrucción masiva. Estados Unidos y la UE pidieron a Irán que firme un convenio adicional que da a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) nuevas posibilidades para investigar actividades clandestinas de fabricación de armas nucleares por parte del régimen de Teherán.
Además se firmaron en Washington acuerdos para la extradición de terroristas y también para la cooperación de fuerzas policiales que permitan crear equipos de investigación conjuntos y compartir información financiera de cuentas sospechosas. Se inició asimismo el proceso de negociación de un futuro acuerdo de 'cielos abiertos', con el que se pretende crear una zona aérea trasatlántica común donde los requisitos de seguridad, las normativas de propiedad de las compañías y el uso de aeropuertos estarán armonizados.
La parte escabrosa
En Washington sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó a la Unión Europea a que declare ilegal al grupo radical palestino Hamas, al que EE.UU. considera organización terrorista y el mayor obstáculo al plan de paz para Israel y la Autoridad Palestina, apoyado por Washington, la UE, Rusia y la ONU.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y Costa Simitis, primer ministro de Grecia, que actualmente tiene la presidencia rotativa del bloque regional, habrán escucharon la demanda conscientes especialmente de la postura de Francia, que sostiene que Hamas es un elemento necesario en el proceso de paz en Oriente Medio.
La sombra genética
El presidente Geroge W. Bush, presionó a los representantes de la Unión Europea a poner fin a la prohibición impuesta a los alimentos modificados genéticamente. Esta medida ha generado fuerte disputas entre Washington y Bruselas durante años y resulta poco probable que las declaraciones del mandatario estadounidense en el sentido de que esta medida contribuye a la hambruna en África porque no permite establecer cultivos modificados genéticamente en el empobrecido continente para mitigar el hambre, haga cambiar de opinión a la Unión Europea.