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Un presupuesto arriesgado

CHP9 de septiembre de 2003

El ministro de Finanzas alemán Hans Eichel, presentó un presupuesto que prevé un endeudamiento fresco por casi 30.000 millones de euros para el 2004.

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'Este es el plan más arriesgado de los cinco que he presentado hasta ahora', anuncia Eichel.Imagen: AP

Alemania atraviesa el tercer años de estancamiento económico, con el consecuente incremento en el número de desempleados y la caída en el recaudo de impuestos, ambos factores que perjudican las arcas del estado alemán. El alto nivel de desempleo ha creado un agujero de 7.500 millones de euros adicionales para el presupuesto actual. Tiempos difíciles los que le han tocado al ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, quien al presentar frente al parlamento alemán el proyecto de presupuesto para el 2004, ha admitido que de todos los presupuestos que ha presentado éste es sin duda el más arriesgado.

Un aviso poco alentador el que hace el ministro Eichel. El fundamentado de sus proyecciones presupuestales se basa en un crecimiento de la economía del 2% en el 2004. Desde ahora muchos especialistas creen que este crecimiento es una ilusión que difícilmente se concretará.

Menos deuda, menos subsidios

La propuesta de Eichel prevé gastos por 251.000 millones de euros. De este monto se prevé financiar unos 28.800 millones de euros con deuda fresca. Esto significa unos 10.000 millones más de lo programado para el actual presupuesto 2003 y representaría el nivel de prepuesto financiado con deuda más alto desde 1997.

Economistas han criticado duramente los planes de endeudamiento del ministro Eichel. Aun cuando parten de que en un principio el capital financiado con deuda fresca tenga un efecto positivo sobre la coyuntura económica, este efecto será sólo pasajero. Los expertos demandan que el estado reduzca sus gastos y sobre todo que recorte paulatinamente el alto nivel de subsidios que existe en Alemania.

¿Adiós a Maastricht?

El ministro Eichel trata de defender su presupuesto y ha hecho hincapié en que no debe pintarse a Alemania como un país debilitado. 'No somos un país al borde del abismo, Alemania es un país extremadamente poderoso', indica Eichel al pedir el apoyo de la oposición que podría bloquear las reformas del Gobierno en el Bundesrat (la cámara alta). El argumento de que las medidas presentadas en el proyecto son indispensables para activar la maltrecha economía no son aceptadas por la oposición tanto conservadora como liberal que se oponen al mayor endeudamiento y el correspondiente peligro de superar nuevamente el déficit del 3 por ciento permitido por los criterios de Maastricht.