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Un Paraguay-España a la sombra de Alemania

4 de julio de 2010

La exhibición de la selección alemana ante Argentina planeó sobre los aficionados españoles que se concentraron en la "Fanmeile" de Berlín para contemplar el duelo de cuartos ante Paraguay. Alemania mete miedo.

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La "Fanmeile" de Berlín se vació tras el Argentina-Alemania.Imagen: DW

La semifinal del Mundial de fútbol de Sudáfrica entre España y Alemania se comenzó a disputar ayer (03.07.2010) en las calles de Berlín. Concretamente, en la "Fanmeile", la "avenida de los aficionados", situada a escasos centenares de metros de la Puerta de Brandeburgo. Cuando arrancó el encuentro entre España y Paraguay, la euforia entre los seguidores alemanes por el contundente triunfo ante Argentina apenas sí se había disipado.

Muchos de los hinchas germanos optaron por celebrar la clasificación para semifinales desplazándose a otros puntos de la capital. Centenares de ellos, sin embargo, prefirieron quedarse en la Avenida del 17 de junio para contemplar el desempeño de los dos futuribles rivales en la penúltima ronda del campeonato.

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¿Un aficionado paraguayo en la "Fanmeile"? No, en la pantalla gigante.Imagen: DW

¿Paraguay-España o Alemania-España?

Cerveza en mano y con la tranquilidad de saberse ya entre los cuatro mejores conjuntos del Mundial de Sudáfrica, los aficionados alemanes apoyaron sin reservas a Paraguay. La duda es razonable: ¿simpatía hacia el equipo teóricamente más débil o temor ante un posible cruce de semifinales contra su verdugo en la última edición de la Eurocopa? Presumiblemente, un poco de todo.

A falta de aficionados paraguayos -casi imposible encontrar una sola bandera o camiseta del conjunto guaraní entre los centenares de aficionados desplazados a la "Fanmeile"-, los hinchas de la "Mannschaft" tomaron el relevo. No sin despertar algún que otro recelo entre las decenas de españoles, que de forma tímida y con el miedo en el cuerpo por lo escaso del fútbol exhibido por su equipo, jaleaban a los jugadores dirigidos por Vicente del Bosque.

"¿Pero ellos no han jugado ya y se ha clasificado para las semifinales?", comentaba un joven estudiante español que pasa una temporada en Berlín en el marco del programa europeo Erasmus. Ataviado con la camiseta de Fernando Torres y rodeado de otros compañeros, contemplaba como, pocos metros más allá, un grupo de seguidores alemanes lamentaba el gol que el colegiado guatemalteco Carlos Batres anuló al paraguayo Nelson Valdez.

Minutos locos, sentimientos encontrados

Avanzaba el partido y los aficionados españoles cada vez lo veían menos claro. Momento ideal, pues, para sacar al exterior al entrenador que todo hincha lleva dentro. "Por favor, Torres al banquillo", "no jugamos a nada" o "este entrenador no se entera" eran las frases más repetidas entre una afición, la española, que se veía de nuevo apeada en la ronda de cuartos de final de un Mundial. Fue entonces cuando la telepatía pareció funcionar: Vicente del Bosque sustituyó a Torres, Cesc vino a dar un aire nuevo al centro del campo español y el partido entró en una nueva dinámica.

Pero el Paraguay-España reservaba aún lo mejor para la recta final. A golpe de pena máxima. Primero, en el área española tras el claro agarrón de Piqué a Cardozo. Los hinchas españoles se mordían las pocas uñas que les quedaban por morder y !los alemanes! celebraban alborozados lo que podía significar el adiós de España del Mundial.

Pero apareció Casillas para salvar a una "furia" que ayer no fue tal y, cosas del fútbol, unos y otros pasaron en unos instantes del temor a la alegría y de la esperanza a la desilusión: el colegiado guatemalteco señaló una nueva pena máxima, esta vez a favor de España, por derribo de Villa dentro del área.

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Un poco de color rojo en Berlín: los españoles animaron a su selección.Imagen: DW

¡Semifinales! Pero contra Alemania....

Cosas del destino, sin embargo, en esta ocasión el gol tampoco subió al marcador. Sin uñas que morder y casi ya sin tiempo para cambiar el resultado, una acción aislada a cargo del "pichichi" en solitario del Mundial, el nuevo jugador barcelonista David Villa, decantó la balanza a favor de España. Entonces sí, liberados de fatalismos históricos y de dudas más que justificadas ante el pobre juego de su equipo, los aficionados españoles se desataron en la "Fanmeile" berlinesa.

Eso sí, sin perder la compostura. Se hizo historia, pero a tenor de la opinión de la mayoría de aficionados, será difícil que el próximo miércoles ante Alemania el grupo de Del Bosque pueda conjugar ese verbo en tiempo futuro. ¿Seguiremos haciendo historia? "No lo creo", aseguraba un hincha español, entre eufórico y desconfiado. "No jugamos a nada, y viendo el juego de hoy de Alemania contra Argentina, lo tenemos crudo", sentenciaba otro.

Por una vez en toda la tarde, españoles y alemanes parecían coincidir. "España ya no es la de hace dos años en la Eurocopa y nosotros hemos evolucionado mucho", señalaba un confiado hincha con la cara pintada con los colores de la bandera alemana. De fondo, sonaba el "No llores por mí Argentina", ayer convertido en "hit" ocasional tarareado a cada momento por la hinchada alemana. El miércoles, sin embargo, será otra historia.

Autor: Emili Vinagre

Editor: Emilia Rojas-Sasse