Un año de guerras
17 de diciembre de 2003El instituto de Heidelberg publicó su informe sobre los conflictos internacionales acontecidos este año. En total enumera 80 conflictos y entre ellos destaca 35 marcados por su especial nivel de violencia. Además de estos conflictos, 14 guerras se suman a la estadística de las tragedias. En comparación con el año pasado, se redujo el número de conflictos. Lo más destacable del informe es la conclusión de que la naturaleza de la guerra y los conflictos, tal y como lo entendíamos hasta ahora, cambió en los últimos años, sobre todo por la amenaza del terrorismo mundial.
Cambio en el concepto de la guerra
De las 14 guerras de este año, tan sólo una de ellas fue una guerra en el clásico sentido de la palabra, es decir, un enfrentamiento entre dos estados. Ésta fue la guerra de Irak. El resto de guerras se originó por luchas entre pueblos y grupos de intereses, tanto dentro de un territorio nacional como rebasando fronteras.
Àfrica es el continente que más sufrió la violencia de la guerra. El derecho sobre el territorio fue el detonador más frecuente en los conflictos africanos y el exponente más alto de violencia se registró en conflictos relacionados con el poder o con el domino de recursos.
Tanja Börzel, profesora de política internacional de la Universidad de Heidelberg, indicó la necesidad de modificar la reacción de la comunidad internacional contra estos conflictos y llamó a reformar el derecho internacional para adecuarlos a la nueva situación, que el actual concepto de guerra impone en el panorama internacional.
Según Börzel, la evolución del derecho internacional ya ha comenzado y así lo muestra la reacción de las Naciones Unidas a la violencia terrorista, comparándola con la violencia de estado contra estado. Sin embargo, como indica la profesora de Heidelberg, el derecho internacional se ha quedado obsoleto en muchos de sus campos de aplicación. Por ejemplo, la rígida diferencia que establece entre combatientes y no combatientes. En este caso, ni los prisioneros de Estados Unidos en Guantánamo ni los niños soldados de África se pueden encuadrar dentro de estas dos clases.
La novedad que presenta este informe es la influencia del terrorismo como desencadenante de una guerra. En el transcurso de una guerra, observamos que la conquista ya no es el motivo por el cual un país ataca a otro. Este año surgieron guerras motivadas por la poca cooperación y esfuerzo que algunos regímenes autocráticos presentaban contra amenazas para la paz mundial emanadas de su territorio. Bölzer señaló como ejemplo la guerra contra Afganistán, originada por dar protección a la red criminal de Al Qaida.
Como reaccionar a una guerra
La experta en política remarcó además que las reacciones de la comunidad internacional a este tipo de guerras fueron distintas. Por un lado el instituto observó la reacción de Estados Unidos, que promueve la implantación de la democracia en un país a cualquier precio. Es decir, bombardeando si es necesario. Por otra parte están los estados europeos que ven una intervención militar tan solo como la última alternativa. Börzel indicó además la actitud de los europeos ante un conflicto armado, ofreciendo garantías de control en el conflicto por medio de los servicios secretos y sobre todo la primacía del "Nation building" (construir un estado). En el ejemplo de la guerra contra Irak, los estadounidenses reconocieron que sólo a través del "Nation building" se puede alcanzar la estabilidad y la reconstrucción del país después del conflicto.
En conclusión, el estudio demostró que los parámetros de la comunidad internacional tienen que evolucionar para adaptar sus instrumentos a las manifestaciones actuales de violencia mundial.