Ocurrió cuando Yehor Oliynik y sus compañeros revisaban una posición rusa que acababan de tomar: Yehor pisó una mina terrestre. Tuvieron que amputarle la pierna por encima de la rodilla. Tras meses de operaciones y fisioterapia, recibió una oferta extraordinaria: una fundación haría posible que le colocaran una prótesis de alta tecnología en Noruega. Aprovechó su estadía ahí para rememorar su época de soldado. Sus parientes más cercanos le rogaron que no siguiera luchando. Pero Yehor tiene intención de volver al frente en cuanto pueda. Un reportaje de Max Zander.