Tregua resquebrajada
13 de agosto de 2003La Repubblica, de Roma, considera que lo ocurrido era de esperarse: "Una tregua, y en especial una tregua entre palestinos e israelíes, no puede tener carácter absoluto, como implicaría ser respetada plenamente tanto por uno como por otro bando. El odio es demasiado grande en ambas partes y las armas están siempre presentes, aún calientes desde los últimos disparos. En este sentido, los kamikazes palestinos que volvieron a poner en marcha la espiral de la violencia -uno en tierra israelí y otro en territorio palestino- provocaron un incidente que resultaba previsible."
La reacción israelí
The Independent, de Londres, hace por su parte un llamado a desistir de las represalias: "La pregunta que se plantea ahora, al igual que tantas veces en el pasado, es cómo reaccionará Israel. Ya se dijo que no habrá más liberaciones de palestinos, después de los 340 que fueron puestos en libertad la semana pasada. Con eso se puede contar por el momento, pero de seguro ello no satisfará los instintos del jefe de gobierno israelí, Ariel Sharon, proclives al castigo, ni a sus aliados 'duros' de la coalición de gobierno. Es fundamental que el gobierno de Sharon resista los llamados a tomar venganza de la manera acostumbrada, con duros y humillantes golpes contra la infraestructura palestina. Semejantes medidas hasta el momento no han reportado seguridad a largo plazo a Israel y hay pocos motivos para pensar que ahora sea diferente."
La debilidad de Abbas
En Alemania, el periódico Süddeutsche Zeitung, de Munich, opina: "Los atentado suicidas son al mismo tiempo un indicio de la debilidad del primer ministro palestino, Mahmud Abbas, que dispone de poco poder interno. Ni siquiera ha podido manejar una tregua de tres meses. Si la hubiera dispuesto el presidente palestino, Yasser Arafat, quizás se habría mantenido. Porque él sigue siendo el líder indiscutido de los palestinos, también entre los grupos terroristas. En este contexto, la estrategia de Abbas, de no acercarse por ningún motivo a los terroristas, demuestra ser un callejón sin salida. De todos modos tiene que aceptar que se le pregunte qué habría de reportar una tregua provisional, aparte de un respiro al que posiblemente seguirá otra ola de violencia. Porque, en efecto, los grupos terroristas aprovechan la pausa para reorganizar sus estructuras de comando destruidas por los israelíes."
La única esperanza
El rotativo Berliner Zeitung, de la capital alemana, subraya que la población debe dar la espalda a los terroristas: "Los extremistas palestinos a todas luces no han entendido ni aprendido nada, y sobre todo no tienen conciencia del callejón sin salida al que empujan a todos, tanto israelíes como palestinos. Pueden argumentar que Israel no cumple sus compromisos, que construye un muro, que las operaciones militares cobran siempre víctimas en los territorios palestinos y que el gobierno de Sharon libera a demasiado pocos prisioneros. Pero, con semejantes actos terroristas, son los extremistas los que hacen fracasar el proceso de paz. Cimientan así la imagen de los palestinos como una banda de asesinos terroristas. Así provocan réplicas israelíes. Y llevan a su propio pueblo y al israelí a la desgracia. La única esperanza radica en que los palestinos no radicalizados lo comprendan y cada campesino, maestro, policía o taxista, cada niños, cada mujer y cada hombre niegue cualquier aprobación a dichos extremistas."