Johnny Grasser no es un deportista cualquiera. Sufre de tetraplejía y durante toda su vida ha estado en una silla de rueda. Según los doctores, Johnny no debería poder caminar, ni mucho menos surfear. Pero cada día que pasa, él lleva al máximo sus fuerzas. Está empeñado en vivir su propia vida a pesar de tener que batallar constantemente contra su cuerpo.