Tensión con Egipto y Sudán por megapresa en Etiopía
9 de septiembre de 2025La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GPRE), cuya construcción llevó 14 años, será inaugurada esta semana oficialmente en Etiopía. Con 1800 metros de ancho y 175 de altura, es capaz de almacenar hasta 74 mil millones de metros cúbicos de agua. Su embalse cubre un área mayor que la ciudad de Londres, lo que la convierte en la represa más grande de África.
La nueva presa en el río Nilo Azul, uno de los afluentes principales del río Nilo, ya genera energía eléctrica renovable desde principios de 2022, y se espera que duplique la capacidad actual de energía eléctrica de Etiopía. La mitad de la población del país carece de acceso fiable a la electricidad, lo que obliga a muchos a depender de la quema de combustibles contaminantes, como la madera, el carbón y el gas.
Pero para los estados río abajo, Egipto y Sudán, las aguas del Nilo Azul son vitales y cada vez más escasas. Un estudio de 2019 publicado en la revista Earth's Future concluyó que la demanda anual de agua en la cuenca del Nilo podría superar la oferta para 2030.
Egipto y Sudán se han opuesto a lo que describen como "medidas unilaterales" de Etiopía para controlar el caudal del río, temiendo los efectos sobre la disponibilidad de las aguas, y han pedido una gestión conjunta de estas. Sin embargo, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, intentó recientemente restar importancia a estas preocupaciones, subrayando que la GPRE "no representa una amenaza".
Ahmed ha afirmado que la nueva presa ayudará a controlar las catastróficas inundaciones que azotan periódicamente el este de Sudán y a generar electricidad para la exportación en el Cuerno de África, impulsando así los planes de desarrollo regional de la Unión Africana. Etiopía ya ha firmado contratos de electricidad con Kenia, Sudán y Yibuti, y se están llevando a cabo conversaciones con otros países vecinos.
Energía hidroeléctrica vs. riego
A tan solo 15 kilómetros de la GPRE, Sudán será el primero en sentir los efectos de la represa, ya sean positivos o negativos. Millones de personas en el país, ya azotadas por una guerra civil en curso, una crisis humanitaria y la creciente sequía y desertificación, dependen del río para obtener agua potable y para la agricultura.
"Sudán enfrenta riesgos muy reales porque está inmediatamente aguas abajo de la presa", dijo Kevin Wheeler, investigador asociado del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford. Wheeler señaló a DW que, si bien la GPRE ayudará a regular las inundaciones, Sudán querrá asegurarse de que el lado etíope no libere demasiada, o muy poca, agua cada vez. "La coordinación diaria es la cuestión principal. Y, por supuesto, la seguridad de la presa es un tema primordial", afirmó.
Tras atravesar Sudán, el Nilo Azul se une al Nilo y se dirige hacia el norte, rumbo a Egipto, que depende del río para obtener aproximadamente el 90 por ciento de su agua. El crecimiento de la población y la disminución de los suministros hacen que El Cairo necesite cada gota de agua con desesperación, pero Wheeler afirmó que el hecho de que la GPRE se utilice para generar electricidad beneficia, en realidad, a Egipto. Esto significa que el agua continuará fluyendo río abajo después de pasar por las turbinas generadoras, en lugar de permanecer en Etiopía para su uso en riego.
La primera razón de la discordia, explicó Wheeler, es la decisión de Etiopía de construir la presa sin establecer primero acuerdos con los países vecinos. Varios intentos de llegar a un acuerdo jurídico vinculante a lo largo de los años han fracasado.
Disputa de casi un siglo
"Esta disputa [por el agua] tiene una historia de casi un siglo y, por lo tanto, está profundamente arraigada, no solo entre los líderes políticos de los respectivos países, sino también entre sus poblaciones", declaró Tobias Zumbrägel, investigador postdoctoral de la Universidad de Heidelberg (Alemania). "Esto, naturalmente, dificulta el compromiso".
La GPRE -que Zumbrägel destacó como un "proyecto de prestigio con un fuerte simbolismo de construcción de nación y orgullo"- es solo la primera de una serie de posibles represas hidroeléctricas que Etiopía ha planeado para el Nilo Azul, en el noroeste del país.
Etiopía también está estudiando la posibilidad de utilizar parte del agua de los ríos situados por encima de la GPRE para riego. "El mayor obstáculo [para un acuerdo] se daría si los países aguas arriba empezaran a consumir más agua", dijo Wheeler. "Egipto, por supuesto, querría impedir que Etiopía utilice más agua. Y Etiopía no aceptará nada que sugiera [que restringirá su consumo futuro de agua]".
Si bien Etiopía tiene potencial en lo que respecta a otras formas de energía renovable, como la eólica y la solar, para Zumbrägel, cuyo trabajo se centra en la degradación ambiental y la política climática, tiene sentido que el país explote su "excepcional potencial hidroeléctrico" con el proyecto GPRE.
Los efectos del cambio climático (lluvias impredecibles, sequías prolongadas y aumento de las temperaturas) podrían hacer que la generación de energía hidroeléctrica se vuelva más insegura en las próximas décadas. Sin embargo, Wheeler señaló que este podría no ser el caso de Etiopía, ya que la mayoría de las proyecciones para la cuenca del Nilo muestran un aumento en la precipitación promedio, posiblemente intercalado con períodos más prolongados de sequía.
(cp/dzc)