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Quick, internado en un psiquiátrico por delitos sexuales y robo de bancos, confesó 33 asesinatos; en realidad Quick utilizaba sus horas de permiso para leer informes criminales en la Biblioteca. Así, pudo profundizar en los detalles de los asesinatos. Los jueces lo condenaron por 8 crímenes, de los que probablemente, no haya cometido ninguno.