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Se acabó el pic-nic

22 de diciembre de 2002

La Unión Europea endurecerá los controles en sus fronteras para evitar epidemias de ganado, como la fiebre aftosa. A partir del 2003, los viajeros no podrán traer productos lácteos o cárnicos de terceros países.

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¿Qué tesoros culinarios se ocultarán en estas maletas?Imagen: AP

Entre los souveniers predilectos de los viajeros no sólo se cuentan las artesanías y fotos de los lugares visitados durante las vacaciones o los viajes de negocio. Gran parte de los turistas intenta prolongar también los placeres culinarios descubiertos en otros parajes, llevando consigo a casa alguna especialidad que en Europa no es posible conseguir. Lo mismo ocurre con muchos extranjeros residentes en tierras europeas, que a duras penas logran superar la nostalgia de los sabores de la patria. Al regreso, a veces el equipaje se asemeja peligrosamente a una cesta de pic-nic. Peligrosamente, porque con los embutidos, quesos y demás delicias de ese tipo, pueden venir de contrabando también enfermedades.

Las reglas y las excepciones

La Unión Europea decidió protegerse y, a partir del 2003, cerrará sus fronteras a los productos cárnicos y lácteos de la mayoría de los países ajenos a su ámbito. En consecuencia, los viajeros ya no podrán traerlos en su maleta, a menos que se den la molestia de conseguir en el país de origen los certificados veterinarios que garanticen que no emana de ellos amenaza alguna. Hasta ahora los alimentos destinados exclusivamente al consumo personal estaban excluidos de las prohibiciones de importación.

Las nuevas disposiciones no se aplicarán a países que tengan estándares higiénicos equivalentes a los de la UE. Entre ellos se cuentan todos los estados de Europa occidental que no pertenecen a la organización, al igual que los países que han de ingresar al club. La prohibición no regirá tampoco para alimentos de lactantes o productos especiales que deban consumirse por razones médicas.

Hay otros más severos

Beate Gminder, portavoz de la Comisión de Bruselas, justificó la medida indicando que se teme que puedan entrar a Europa por esta vía ciertas epidemias, como la fiebre aftosa. Se trata, en suma, de eliminar también este riesgo residual. Por lo demás, en diversas partes del mundo existen desde hace mucho tiempo disposiciones semejantes. "Cualquier europeo que haya estado alguna vez en Estados Unidos, conoce esas reglas. Al llegar allí se topa uno con esos grandes letreros que ordenan deshacerse del sandwich o incluso de las manzanas que uno lleve", señala la portavoz. Y subraya que la Unión Europea se limitará a prohibir la entrada de productos lácteos y cárnicos, en los cuales efectivamente pueden venir gérmenes.

¿Y qué pasará con quienes infrinjan las nuevas reglas? Por lo pronto, tendrán que contar con ser despojados de sus tesoros culinarios. Eso, de momento, será castigo suficiente y no se prevé establecer multas o sanciones más severas. En este punto, la Unión Europea se muestra más benevolente que otros países, como Chile, donde los recién llegados deben firmar una declaración, jurando que no portan alimentos de origen vegetal ni animal, y corren el riesgo de sufrir incluso penas de cárcel, si son descubiertos en malos pasos. Todo sea por proteger la salud agropecuaria.