Rodas: un mar de fondo
3 de mayo de 2003El carácter informal de la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) bien puede contribuir a buscar una acercamiento entre las posturas divergentes que quedaron de manifiesto con la crisis iraquí. Al menos, los representantes diplomáticos de los 15 países miembros y los 10 que se incorporarán de lleno al club el año próximo no se ven bajo la presión de tener que adoptar resoluciones ni emitir una declaración oficial.
Política de seguridad
No obstante, los ánimos parecen no haberse distendido lo suficiente como para que los huéspedes aprovecharan el programa turístico que los anfitriones griegos habían preparado para la ocasión. De hecho, hay mucho que discutir en el seno de la UE, comenzando por la necesidad de diseñar una política exterior mancomunada y el a estas alturas delicado asunto de las relaciones transatlánticas.
La reunión, que tiene lugar en la idílica isla de Rodas, ofrece la primera oportunidad de discutir en un círculo amplio la propuesta lanzada a comienzos de la semana por cuatro miembros de la Unión (Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo), con miras a elaborar una política conjunta en materia de seguridad. Tal idea también ha levantado controversia, dado que algunos -como Gran Bretaña- la interpretaron como una iniciativa en contraposición a la OTAN.
Pero éste no es el momento de echar más carbón a la hoguera, sino de intentar cerrar las brechas internas. El ministro de Relaciones Exteriores de Grecia, que ocupa la presidencia de turno de la UE, destacó que los europeos deben "desarrollar su propio concepto estratégico", para poder sostener un diálogo en igualdad de condiciones con Estados Unidos. Giorgos Papandreou puntualizó en este contexto que el conflicto iraquí sólo dio pie a la discusión, pero ésta no debe seguir centrada únicamente en Irak. A su juicio, se requieren decisiones fundamentales, por ejemplo en relación a la forma de abordar los desafíos del terrorismo o la proliferación de armas de exterminio masivo.
Fischer destaca coincidencias
Tal punto de vista es compartido por el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, quien subrayó la necesidad que la UE elabore una estrategia de seguridad, entendiéndola en un concepto amplio, que abarque también el acceso de las sociedades a la modernización. En este sentido, aludió a las tareas que se plantean en forma creciente a los europeos, en cuanto a colaborar al desarrollo de estructuras estatales en otros países, como ya lo están haciendo en los Balcanes y Afganistán.
Para Fischer, esta visión supera las divergencias internas. Más aún: el jefe de la diplomacia germana dijo no considerar que la EU está dividida. Como prueba de ello, destacó el exitoso papel que desempeñó la Unión en la elaboración de la "ruta" de paz para el Medio Oriente y su influencia en las reformas palestinas. Pese a reconocer que hubo discrepancias en torno al caso de Irak, el ministro alemán opinó que los europeos coinciden en que se necesita estabilidad y un proceso de democratización en toda la región.