Regreso sin gloria
6 de octubre de 2006La gira que realizó durante dos días por Turquía la canciller alemana, Angela Merkel, trajo sus mayores frutos en el terreno de la metafísica. Luego del encuentro en el que estuvo acompañada por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y por los líderes de las iglesias cristiana ortodoxa, judía y apostólica armenia, Merkel dijo que la convivencia entre las diferentes formas de fe debe convertirse en parte de la normalidad, y anunció que tiene programada una reunión similar que se llevará a cabo en Alemania.
Erdogan señaló que su país "es un puente importante entre el Islám y el resto del mundo, entre el Este y el Oeste". Ambos gobiernos coincidieron en que "jamás debe ser utilizada la violencia en nombre de las religiones", y Merkel calificó a su gira como "un maravilloso viaje" por las tierras turcas.
Alemania no estorbará
Evidentemente, tal armonía no se reflejó en el terreno político. Merkel afirmó que, como jefa de la Unión Cristiana Demócrata (CDU), mantiene su posición en cuanto a que Turquía debe integrarse como "socio privilegiado" de la Unión Europea. Sin embargo, reconoció que en su calidad de jefa de Estado deberá inclinarse por acuerdos destinados a una solución más completa, como la que desea Turquía. Para ello, la canciller alemana insistió en que este país debe abrir sus puertos marítimos y aéreos a las naves marítimas y aéreas de Chipre.
Al mismo tiempo, Merkel dispensó numerosos halagos a las reformas que desde hace algunos años ha emprendido el gobierno turco, sobre todo en el terreno económico. "A estas alturas, está claro que Turquía no ha llevado a cabo las reformas simplemente para complacer a Europa", enfatizó. "Las tasas de crecimiento no hubieran sido posibles sin algunas de las reformas que el Gobierno turco ha implementado".
El primer ministro turco, a su vez, demandó reciprocidad en las condiciones mencionadas por Europa. Dijo que, si la Unión Europea desea una apertura de los puertos turcos, también debe abogar por que los navíos de Turquía tengan acceso a los puertos del norte de Chipre. Admitió que Alemania ha demostrado su apoyo al ingreso de Turquía a la Unión Europea, e hizo votos porque esta actitud continúe.
Al final, la incertidumbre
La promesa de Merkel, acaso el logro más significativo de la gira, consistió en asegurar que la Unión Europea no pondrá más condiciones a Turquía para el reinicio de las negociaciones, que permanecen estancadas debido al conflicto de hace más de 30 años entre Turquía y Chipre. "Debemos hacer lo posible porque el diálogo se mantenga en un terreno constructivo", apuntó la canciller. Pero falta ver la opinión de los demás miembros de la Unión Europea, algunos de los cuales no ven con buenos ojos el ingreso de un país mayoritariamente musulmán.