Los pescadores del Golfo de California custodian las llamadas "zonas de refugio" para impedir la pesca ilegal. Son 12 áreas protegidas por los pescadores que abarcan 150 kilómetros en el antiguo Mar de Cortés, en Baja California Sur. Allí sólo se permite la pesca comercial controlada por parte de los pobladores. La ONG Niparajá impulsó este innovador instrumento de manejo pesquero sostenible.