¿Qué hacer con el servicio social?
16 de enero de 2004El servicio militar es una obligación que la mayoría de los jóvenes alemanes tienen que prestar al estado y a la sociedad. El modelo alemán de servicio militar prevé sin embargo los casos de gente que no está dispuesta a tomar un arma en la mano, alegando problemas de conciencia. Lo que se llama “objeción de conciencia”. El derecho a negarse a participar en la guerra fue reconocido por primera vez en 1961 y desde entonces, muchos jóvenes alemanes eligen esta opción. Aún así, están obligados en algún momento de su vida a prestar un servicio social sustitutorio.
Los que eligen este servicio social, generalmente se ocupan de labores al servicio de la comunidad como cuidado de enfermos, disminuidos, inválidos o labores relacionadas con el medio ambiente. Para la seguridad social alemana y para mantener a flote los servicios sociales, una ayuda a bajo precio de la que no pueden prescindir. En la actualidad, unos 95.000 jóvenes cumplen el servicio social.
Ya en el año 2002 el gobierno inició una línea para eliminar el deber de cumplir con el estado en la sociedad alemana. Pero esta vez, sólo fue un recorte de la duración del servicio que pasó a 10 meses en el caso del servicio civil y a 9 meses en caso de optar por el ejército.
Primero el ejército...
Según la prensa alemana, el gobierno está dispuesto a continuar en esta línea y quiere conseguir que, a partir de 2008, los jóvenes ya estén libres de cumplir con sus deberes sociales. Esto supondría menos jóvenes que optan al ejército, con el consiguiente aumento de costes debido a la necesidad de reemplazarlos por militares profesionales.
En el caso del ejército, las declaraciones se produjeron en el momento en que el gobierno alemán prevé su reestructuración por razones económicas. El problema es que la decisión de suprimir el servicio todavía no está tomada. Si la armada alemana se reestructura y en unos años, el servicio militar obligatorio se elimina, será necesaria una nueva reestructuración. Algunos políticos ya mostraron la esperanza de que se haga conjuntamente. De todas formas, mientras el ministerio de Defensa planea medidas de ahorro en cuanto al armamento, la eliminación del servicio produciría más gasto, lo que contradice las intenciones del gobierno.
...Y después los zivis
Si se consigue la eliminación del servicio militar, la del servicio civil será lo siguiente. El servicio civil es sustitutorio del militar y si se elimina el último, no hay base para seguir obligando a los objetores de conciencia.
Las asociaciones que se ocupan de los servicios de beneficencia dudan de su futuro debido al aumento de costes que esto les supondría. La Fundación de Auxilio Maltés avisó que no iba a ser fácil prestar correctamente sus servicios sin los jóvenes alemanes. Karl von Löwestein, director de la organización, dijo que los “zivis” generan unos costes anuales de 1.400 millones de euros y contratar a profesionales para estos servicios, incrementaría los costes hasta 3.000 millones. También las comunidades y los hospitales se mostraron escépticos con la medida. La única solución viable sería la contratación de trabajadores voluntarios ofreciendo, en vez de sueldo, puntos para el estudio o ventajas similares. La caja de la seguridad social se encuentra casi en la bancarrota y esto significaría una catástrofe.
Las intenciones se hicieron públicas aunque todavía no existe ninguna confirmación del gobierno en este sentido. Pero algunas asociaciones benéficas que emplean a los zivis, ya tomaron la iniciativa augurando la supresión del servicio obligatorio. Recortaron el número de ”zivis” y, para asegurar la prestación de sus servicios, emplearon a trabajadores a tiempo parcial, que les suponen costes aceptables. Por ejemplo, el Servicio de Accidentes Johanniter, redujo sus “zivis” a la mitad con la política que sigue desde 1995. El portavoz de la organización, Thomas Doerr, ofreció esta alternativa y el empleo de voluntarios como solución para mantener los costes del servicio. “La eliminación del servicio social ya era previsible” manifestó Doerr.
Ante la crisis y las medidas de ahorro, Alemania se enfrenta al reto de eliminar las obligaciones con la sociedad a bajo precio. Medida que seguramente puede ser muy popular, pero también por otra parte, muy cara.