Protestar es más patriótico
21 de marzo de 2003Miles de personas salieron durante el segundo día de la guerra contra Irak para protestar por lo que los moderados consideran un ataque ilegítimo, y un genocidio los más extremos. Las calles norteamericanas se llenaron de manifestantes, que arriesgaron ser detenidos por la policía. Sólo en la ciudad de San Francisco hubo 1311 detenidos, durante una de las más ruidosas protestas. Los cargos fueron congregación ilegal.
En Chicago, donde el número de personas rondó los diez mil, las entradas de los edificios públicos fueron invadidas por manifestantes acostados. Algunos de ellos tenían el rostro pintado en los colores del símbolo patrio estadounidense. "Estamos de rojo, azul y blanco, porque no consideramos que sea patriótico invadir otro país para forzar una democracia que el presidente Bush está pisoteando en casa", declaró un manifestante añadiendo "patriótico es disentir".
Policía contra manifestantes
En Yemen, las multitudinarias protestas cobraron dos vidas, pues los más de 10.000 manifestantes fueron dispersados por la policía con gas lacrimógeno, chorros de agua y algunos disparos. A su vez, en la ciudad del Cairo también hubo heridos después de que más de 10.000 musulmanes, después de la oración, se dedicaran a protestar contra la guerra contra Irak. En Líbano, Beirut, Gaza, Pakistán, las protestas tampoco faltaron.
En Atenas, cuyos manifestantes llegaron a los 300.000, se habla de la mayores manifestaciones de protesta de los últimos 30 años.
Ante la embajada norteamericana de París se concentraron varios miles de personas llevando pancartas que decían, por ejemplo: "Bush fuera, Irak no es tuyo"; en Bruselas llegaron a 30.000 los manifestantes.
América Latina en contra
En América Latina –Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Perú, México, Argentina, Venezuela y Perú- el ataque a Irak ha sacado a la luz un sentimiento anti-americano que parecía dormido. Piedrazos y llamados a boicotear la Coca-Cola dieron el tono de las protestas en algunas ciudades latinoamericanas. De "¡Genocida!" y "¡Dictador!" se calificaba al mandatario norteamericano en Buenos Aires y Sao Paulo, mientras en pancartas peruanos se veía a un George W. Bush caricaturizado, por ejemplo, con largos dientes tintos en sangre.