Primera prueba para el acuerdo palestino-israelí
27 de febrero de 2005Las condenas se multiplicaron a lo largo y ancho del mundo. Y todas tuvieron el mismo tenor: combinar el repudio al atentado suicida que el viernes por la noche dejó cinco muertos y más de 50 heridos en Tel Aviv con la advertencia, dirigida a palestinos e israelíes, de no dejarse apartar del convaleciente diálogo en el Medio Oriente. Porque resulta más que evidente cuál era el objetivo perseguido por los instigadores de este nuevo golpe: sofocar las esperanzas que brotan de forjar un futuro pacífico.
Implicación de "terceros"
Así lo planteó, por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, quien exhortó a las partes a "actuar reflexivamente en esta fase crítica", subrayando que "este atentado no debe desbaratar los esfuerzos de renovar el proceso de paz". También el coordinador de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, enfatizó que no se debe poner en juego el proceso emprendido con el acuerdo de cese del fuego, alcanzado el pasado 8 de febrero. Al mismo tiempo instó a los países de la región a "usar su influencia para que se suspenda cualquier apoyo a grupos armados de la resistencia palestina".
La declaración de Solana tiene una resonancia especial, por cuanto el presidente palestino, Mahmud Abbas, habló de "terceros" implicados, remitiéndose a que los grupos palestinos radicales negaron categóricamente tener relación con el atentado. Las primeras sospechas recayeron sobre la milicia Hizbollah, que rechazó las acusaciones. Pero, tras una serie de informaciones confusas, un alto representante de la Yihad Islámica señaló que el brazo armado de su organización fue el autor del golpe. Más aún: amenazó con nuevos atentados contra Israel.
Reacción israelí
Lo ocurrido pone en evidencia lo que todos sabían de antemano: el camino hacia la paz en el Medio Oriente está sembrado de minas. Clave será, en este momento, la reacción de Israel. Si el gobierno del primer ministro Ariel Sharon vuelve a su vieja política del "ojo por ojo", malas serán las perspectivas de consolidar la tregua.
Demasiada sangre ha corrido en los últimos meses por la región como para fiarse esta vez de que se impondrá la cordura. Por lo pronto, las autoridades israelíes están convencidas de que el atentado de Tel Aviv fue ordenado por la Yihad en Siria. De ahí las advertencias del viceministro de Defensa, Seev Boim, de que Israel atacará blancos sirios si con ello puede impedir que se lleven a cabo atentados planeados en Damasco. Esa perspectiva resulta tan preocupante como la retórica que ha vuelto a emplear Sharon, amenazando una vez más con suspender el diálogo con los palestinos.