Por unas millas demás
1 de agosto de 2002Parece un pecado venial. Usar para beneficio particular los puntos acumulados en el sistema de bonificación que ofrecen varias líneas aéreas a los viajeros frecuentes no resulta comparable a otros escándalos, de marca mayor, como la recepción de sobornos o las "cuentas secretas" donde fueron a parar donaciones de dudoso origen. Pero en Alemania la sensibilidad está por estos días a flor de piel.
Primero fue el ministro de Defensa, Rudolf Scharping, quien tuvo que dejar su cargo por haber recibido honorarios de una empresa de relaciones públicas, a la que se atribuye tráfico de influencias. Le siguió el portvoz de los Verdes en materia de política interior, Cem Özdemir, quien había obtenido un crédito con bajos intereses de la misma agencia y, además, reconoció haber utilizado indebidamente las millas acumuladas en vuelos de trabajo. Por el mismo motivo dimite ahora Gregor Gysi, el jefe de la cartera de Economía del gobierno regional de Berlín.
Marejada ética
La ética parece haberse impuesto súbitamente en la política alemana. Aunque a algunos les parezca exagerado, en rigor no tiene por qué venirle mal a la democracia. Claro está que las renuncias voluntarias sorprenden a la opinión pública, acostumbrada a ver cómo los políticos suelen aferrarse a sus cargos a más no poder. En el caso de Gysi comenzaron ya las especulaciones acerca de su verdadera motivación para retirarse a la vida privada. Pero, sean cuales fueren, el hecho es que desaparece del escenario político germano una de las figuras más llamativas de los últimos tiempos. Y en plena campaña electoral.
Rebautizada como Partido del Socialismo Democrático (PDS), la izquierda germano oriental lucha aún por conquistar un sitial en el contexto de la Alemania unificada. Si bien cuenta con un considerable respaldo popular en el Este del país, no le está resultando fácil salir de la insignificancia a nivel nacional.
Maestro de la retórica
Más dificultades tendrá el PDS para remontar en el favor del electorado sin su único líder verdaderamente carismático, cuya astucia es reconocida inclusos por sus más acérrimos adversarios ideológicos. Famoso por su retórica y desenfado, Gysi es la figura que rescató del naufragio total a lo que quedó del partido gobernante en la extinta República Democrática Alemana. Fue él quien evitó su desintegración e hizo incluso posible una alianza local, para compartir el gobierno berlinés con la socialdemocracia. Todo ello gracias a su habilidad, que le permitió disipar temores y llegar a establecer buenos contactos con el sector empresarial.
La diversas acusaciones de vínculos con el antiguo aparato de seguridad interior de la RDA no pudieron acabar con este político, pródigo en recursos para defenderse, también ante los tribunales. Tanto más sorprendió ahora su decisión de alejarse del ruedo del poder, por una aparente nimiedad. Sin embargo, es un hecho que la utilización particular de las bonificaciones de vuelo contraviene las reglas. Y no se puede asegurar que Gysi haya sido el último en tropezar, por unas millas demás.