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Peor es nada

mb24 de octubre de 2003

Las arcas para reconstruir Irak se han llenado, pero no lo suficiente. Sin embargo el que no pocos países se manifiesten dispuestos a contribuir en la inyección de vida a la región, no merece el calificativo de fracaso.

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Reconstruir Irak requerirá su tiempo, y muchos millones de dólares.Imagen: AP

"Irak no olvidará a quienes lo ayuden en su hora de mayor necesidad", declaró el presidente del Consejo Administrativo de Irak, Ijad Allawi. El éxito de la Conferencia de Donantes significa un éxito del humanismo y un apoyo para la paz y la seguridad mundial, agregó. Y aunque no se logró recolectar los 36.000 millones de dólares necesarios para los próximos cuatro años, según estimaciones del Banco Mundial, 77 países tomaron parte en la conferencia, y muchos de ellos dejaron expresa su generosidad.

El granito de arena

Japón (1500 millones de dólares), Arabia Saudí (1000 millones) y Kuwait (1500 millones, de los dos terceras partes han sido ya invertidas) son los países que más contribuyeron, por detrás de Estados Unidos. El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, confirmó la cantidad de unos 20.000 millones de dólares para la reconstrucción de Irak. La Unión Europea anunció que su aportación global para 2004 será de unos 825 millones de dólares. De ese dinero, 200 millones de euros corresponden al presupuesto comunitario al que contribuyen, según porcentajes, los quince socios.

Requerimientos al país pretrolero

La Unión Europea destacó la importancia de que se produzca un traspaso de poder a los iraquíes y se garantice la seguridad, idea reiterada por la mayoría de los países que tomaron la palabra. Los vecinos de Irak y antiguos enemigos, como Irán, también reclamaron para ese país la formación de un Gobierno representativo y la garantía de soberanía. El ministro iraní de Exteriores, Kamal Jarrazi, consideró que "la creación de un Gobierno estable y democrático en Irak beneficiaría a todas las naciones, en particular a los vecinos". Muchos de los participantes mostraron su preocupación no sólo por los altos niveles de violencia e inseguridad que registra Irak, sino también por su capacidad para absorber los fondos de ayuda que recibirá.

Los tres, otra vez

Alemania, por su parte, mantuvo la postura que anunciara antes de la conferencia, y no se unió a la fila de donantes. Tampoco lo hicieron Rusia ni Francia. Berlín se negó a incrementar su aporte de 220 millones de dólares, aduciendo que el presupuesto no da para más y que aún quedan muchos interrogantes por dilucidar, tales como la transparencia de las acciones y la creación del Fondo de Desarrollo para Irak. El ministro de Comercio Exterior de Francia, Francois Loos, expuso hoy ante la Conferencia de Donantes para la Reconstrucción de Irak que su país ha decidido no aportar nada –aparte del porcentaje con el que los 15 participan en la donación de la Unión Europea en conjunto-, principalmente por la falta de un Gobierno iraquí soberano.

Teniendo en cuenta que son muchos los millones que faltan para cubrir el presupuesto elaborado por el Banco Mundial, hay analistas que califican de fracasada la conferencia. Sin embargo, en vista del interés demostrado por la comunidad internacional en la pronta convalecencia de Irak, y en su reinserción como miembro con plenos poderes, la conferencia puede catalogarse de exitosa. Los donantes, así un analista, no son "los barrenderos" que van a recoger las ruinas dejadas por Estados Unidos, sino los añicos de un país que sufrió 30 años de un régimen brutal, una prolongada guerra contra Irán, las consecuencias de la guerra contra Kuwait, y también las sanciones que le impusiera en su momento Naciones Unidas.