Parteras tradicionales son vitales para las aldeas remotas en la Amazonia de Brasil
En las regiones remotas de la selva amazónica, la sequía está secando los cursos de agua que conectan las aldeas con ciudades más grandes con servicios de salud, lo que aumenta la demanda de parteras tradicionales.
Viaje complicado
En lo profundo de la selva amazónica, una mujer embarazada necesita ayuda. Está a punto de dar a luz, pero una sequía secó los ríos que conectan su comunidad con el hospital más cercano. Los bancos de arena expuestos del río Solimoes, cerca de Tefe, dan una idea de lo complicado y peligroso que es navegar por el agua que aún queda.
"Madre umbilical" de 180 niños
Cuando mujeres con un embarazo avanzado se encuentran varadas en la selva, parteras como Tabita dos Santos Moraes acuden al rescate. Tabita es una de las cientos de parteras tradicionales que asisten partos en aldeas remotas de la Amazonia, la selva tropical más grande del mundo. Esta mujer de 51 años se define a sí misma como la "madre umbilical" de los más de 180 bebés que ha ayudado a nacer.
Las parteras vitales para comunidades remotas
Las autoridades de salud afirman que necesitan parteras para apoyar a las mujeres a las que no pueden acceder, como en esta remota comunidad de Deus e Pai. "¿Cómo se puede brindar atención médica en un territorio como este?", dice Sandra Cavalcante, del departamento de salud del estado de Amazonas. Pero las mujeres no mueren en el parto cuando las parteras tradicionales están presentes, dice.
Importantes vías fluviales
La partera Tabita suele viajar en canoa acompañada de su perra Priscilla. Cuando los ríos tienen suficiente agua, tarda unas cuatro horas en llegar desde Deus e Pai, su comunidad natal, hasta el hospital en el pueblo más cercano, Tefe. Pero tras dos años de sequía récord, el mismo viaje ahora puede llevar más de un día, siempre y cuando el río sea transitable.
Caldo fortalecedor
Tabita prepara un plato conocido como "caldo de la caridad". Esta sopa se prepara con harina de yuca, una pizca de pimienta, un poco de sal, ajo y cebolla. Su objetivo es fortalecer a la paciente y tranquilizarla. Esta sencilla sopa es una de las muchas tradiciones de las parteras de la Amazonia.
Revisando la situación
Como muchas brasileñas, Mayleane, de 22 años, planeaba dar a luz en un hospital. Pero tras viajar a la ciudad de Tefé para estar cerca de uno, se dio cuenta que necesitaría dinero y apoyo para una estancia más larga. De vuelta en Deus e Pai, ahora cuenta con la ayuda de la experimentada Tabita.
Mala paga
Tabita descansa en el bote de su esposo Nonato. Su trabajo es voluntario, ya que el gobierno solo paga a las parteras tradicionales si han recibido capacitación formal. Incluso las parteras capacitadas en el estado de Amazonas suelen vivir en condiciones precarias: muchas ganan menos del salario mínimo.
Conocimiento valioso desperdiciado
Tabita examina una muestra de sangre para detectar parásitos de malaria. Le está transmitiendo sus conocimientos a su hija. Tabita proviene de una larga tradición de parteras tradicionales que se remonta a su bisabuela. Sin embargo, cada vez menos mujeres jóvenes quieren aprender el oficio. En muchas comunidades, las parteras tradicionales tienen una gran demanda, pero su edad es cada vez mayor.
Siguiendo los pasos de mamá
Mariene dos Santos Moraes, la hija de 14 años de Tabita, ayuda en casa y aprende el oficio de su madre mientras tanto. La joven desea seguir los pasos de Tabita algún día. "Estoy muy orgullosa de ella", dice Mariene. "Yo también intento seguir su ejemplo", expresa. (rr/lgc)