Para Merkel viene ahora lo más difícil
11 de octubre de 2005
El diario berlinés Die Welt pregunta: “¿Dónde están los riesgos? El proceso político va sufrir de la falta de una verdadera oposición. De los nostálgicos izquierdistas en torno a Lafontaine no se espera nada que sirva para el futuro. El papel del abogado del diablo recaer en los liberales (FDP). Como única fuerza consecuentemente económica los liberales azuzarán a la gran coalición. El sentido de la oposición radica en disturbar la misa de los grandes partidos con intervenciones bien dirigidas”.
El País de España interpreta: ”El acuerdo entre democristianos y socialdemócratas alemanes lo más razonable. Por primera vez entrará en la cancillería de la nueva Alemania no sólo una mujer, sino un político proveniente de la extinta Alemania comunista. Puede aportar nuevas sensibilidades, aunque es de esperar que no reduzca el compromiso europeo de la nueva Alemania. Los europeos esperan que la gran locomotora alemana vuelva a ponerse en marcha. Las exportaciones han mejorado, y ahora el mayor freno es el excesivo ahorro y bajo consumo de los alemanes que dan muestras así de no confiar en el futuro. ¿Disipará la gran coalición estos nubarrones?
Pactar las líneas generales de reformas en torno a la Agenda 2010 de Schröder también era relativamente sencillo: saneamiento financiero para que Alemania salga de su déficit presupuestario excesivo, lucha contra el paro y flexibilización del empleo, reducción de las exenciones fiscales, revisión a la baja de la sanidad pública y la cuestión federal, con un nuevo reparto de competencias entre los Länder y Berlín. Pero más allá de los grandes enunciados las diferencias son grandes. Mantener la gran coalición durante toda la legislatura es todo un reto, que requerirá de Merkel unas cualidades que se le han de suponer, pero se le desconocen”.
El diario económico francés La Tribune ve a Merkel ante una difícil tarea: “La primera canciller en la historia alemana aún no ha sobrepasado todos los obstáculos. Llegar a la cancillería y desbancar a Schröder ha sido, paradójicamente, la parte más fácil hasta ahora. Esto significa que Merkel no puede cometer errores y no puede permitirse constituir un Gobierno cuyas debilidades lo descompongan en 6 meses o un año. En ese caso, volvería al sitio del cual partió – a las urnas”.