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Opinión: Las armas no vencen a los virus

Miodrag Soric
27 de abril de 2020

La crisis del coronavirus pone en evidencia graves deficiencias en la política de seguridad. Las armas no pueden combatir a los virus, por lo que hay que repensar nuestra defensa, opina Miodrag Soric.

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¿Armas o coronavirus? Algunos compran pistolas y niegan la pandemia.
¿Armas o coronavirus? Algunos compran pistolas y niegan la pandemia. Imagen: picture-alliance/AP Photo/M.J. Terrill

La tarea más importante de un país es proporcionar seguridad. Porque solo así los ciudadanos pueden vivir con libertad, dignidad y bienestar económico. Es muy fácil decirlo. Lo cierto es que el coronavirus muestra a la gente la realidad del país en el que vive: ¿son sus gobernantes capaces de gestionar el peligro? Y más importante: ¿estaba su país preparado para la amenaza?

Algunos políticos dicen que nadie podía predecir esta crisis. Pero desde 2003 ha habido diversos brotes de enfermedades, como el SARS, la gripe porcina, el MERS, el ébola y el virus del zika. Los distintos Gobiernos han tenido tiempo de sobra para prepararse para una pandemia. Al menos, los de los países ricos en el hemisferio norte. Pero la gran mayoría se han fijado prioridades equivocadas, como invertir grandes cantidades de dinero en armamento, en lugar de hacerlo en la prevención de posibles catástrofes.

Ejércitos poderosos y sistemas de salud precarios

Pero los tanques y los aviones de combate no ayudan en una pandemia. Los portaviones no pueden ayudar a su propia tripulación, mucho menos a los civiles en tierra. Un ejército - por poderoso que sea - no es capaz de proporcionar seguridad. Los elevados gastos militares implican más bien que falta dinero para un sistema sanitario moderno, una infraestructura eficaz y la protección del medioambiente.

El dinero invertido por un país en armamento malgasta el sudor de sus trabajadores, el genio de sus científicos y las esperanzas de sus niños. Eso lo dijo un general, el presidente estadounidese DwightD.Eisenhower, en 1953, en plena Guerra Fría.

Miodrag Soric, de DW.
Miodrag Soric, de DW.

Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos incrementó su armamento, combatió a los islamistas radicales en aquellos países donde estaban y también donde no estaban. Pero el número de víctimas de los ataques terroristas se quedan cortas si lo comparamos con el de los muertos que se ha cobrado la pandemia en Estados Unidos.

No quiero malentendidos: por supuesto que cada país necesita un ejército que proteja a sus ciudadanos de ataques. Además, Estados Unidos asegura con sus flotas importantes rutas comerciales en todo el mundo. Y, a pesar de ello, el Gobierno de Washington, al igual que el de otras capitales del mundo, ha subestimado el peligro real del virus. Las posibles amenazas producidas por pandemias, el cambio climático o la destrucción del medioambiente siempre se han minimizado y se siguen minimizando. Y al abrigo de la pandemia acechan nuevos peligros, como revueltas por hambre, sobre todo en África y parte de Asia.

El aislamiento y el proteccionismo no ayudan

En Estados Unidos resurge de nuevo el antiguo deseo de aislarse del resto del mundo, alejarse de crisis y conflictos bélicos. Pero el aislamiento no funciona. Ni los virus ni el cambio climático entienden de fronteras. También el proteccionismo es perjudicial a largo plazo, ya que daña la industria exportadora, ralentiza el crecimiento económico y conduce a la gente hacia la pobreza. Las consecuencias del nuevo coronavirus pueden ser más peligrosas que el propio microorganismo.

La pandemia ha mostrado lo pequeño que es el mundo. Cómo algo que sucede en un país lejano, puede llegar a afectar a ciudadanos de todos los continentes en muy poco tiempo. No se puede retroceder en la globalización ni tampoco se puede detener. La comunidad internacional está condenada a obrar de manera conjunta. Para que eso funcione, los países ricos del norte, sobre todo Estados Unidos, deben mostrar poder de liderazgo y aprender de los errores del pasado. En la medida en que eso funcione, nuestro mundo se volverá más seguro.

(ms/jov)

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