No hay ovación para EE.UU
31 de julio de 2003Cada seis meses, la Comisión Europea publica el Eurobarómetro: una encuesta representativa, realizada a 16.000 ciudadanos europeos. En la realizada en primavera, se incluyó por primera vez a los nuevos diez miembros de la UE. El desempleo, la criminalidad y la situación económica fueron los problemas más mencionados. Interesante es el punto en que los nuevos y los viejos difirieron: su imagen de Estados Unidos. Mientras que los nuevos miembros tienen una visión más bien positiva, las voces críticas de la vieja Europa están en mayoría.
Peligro para la paz mundial
Más de la mitad de los encuestados fue de la opinión de que el gobierno de Estados Unidos es un peligro para la paz mundial. Dos tercios de los alemanes, franceses y belgas rechazan vehementemente la administración Bush. En Alemania, los jóvenes de entre 15 y 25 años expresan tener miedo ante una nueva guerra mundial. Grecia se suma a este corriente de rechazo: 91% de los encuestados opina lo mismo; finlandeses y españoles no se quedan atrás.
Pocos creen en sus luchas
Credibilidad ha perdido el gobierno de Norteamérica sobre todo en el tema de su "lucha contra el terrorismo", la cual sólo una minoría considera legítima. En este punto, los alemanes no son los críticos más fervientes: el 50% opinó bien de su papel contra el terrorismo. Los británicos y los holandeses fueron más favorables a EE.UU en este punto.
La imagen de los norteamericanos cayó en desgracia en el campo político: más de la mitad de los ciudadanos europeos piensan que EE.UU ejerce una influencia negativa en la lucha contra la pobreza y protección medioambiental. La mayor responsabilidad de esta opinión negativa se origina en la negativa de George W. Bush a firmar el Protocolo de Kioto, que ratificaría la voluntad de proteger la atmósfera.
Política común sí, pero sin EE.UU
Echando el vistazo hacia sí mismos, los europeos creen que la Unión Europea ha logrado desarrollar una política exterior común y fuerte. 80% de los alemanes, por ejemplo, están a favor de una política común en cuanto a seguridad y defensa. El mismo porcentaje se expresa a favor de que esa política exterior difiera de la de Estados Unidos, y desean para el viejo continente un ejército propio. Las decisiones militares deberían ser tomados en el futuro por la UE, no por la OTAN.
Griegos, belgas, alemanes, finlandeses, austríacos y suecos ven con ojos muy críticos a la OTAN. Sorprendentemente, en los países que apoyaron la guerra, la imagen del país del "tío Sam" es igualmente negativa: los británicos, los italianos y los españoles desean una política exterior europea, es decir, independiente de los Estados Unidos.