La policía ecuatoriana incorporó 8.000 nuevos agentes para enfrentar la crisis de seguridad que vive el país. En 2021 explotó una ola de violencia carcelaria que se trasladó a las calles. El país andino registró en 2022 las peores cifras de violencia desde que hay registros. La ola de crimen se siente especialmente en la ciudad portuaria de Guayaquil, por donde sale parte de la cocaína.