Más flores para Angela Merkel, en su aniversario
17 de julio de 2006Un gran día para Angela Merkel: no sólo porque se trataba de su primera cumbre del G-8 en el papel de canciller alemana y que hubiera casualmente un gran tema a tratar –la candente situación en Cercano Oriente tenía a los ojos del mundo pendiente de lo que al respecto se fuera a decir en San Petersburgo. Es que cumplió 52 años en plena cumbre, que fue el propio Vladimir Putin el encargado de entregarle un ramo de flores y que los líderes de los países más poderosos del mundo le corearon colectivamente un "happy birthday". El primer ministro de la India, Manmohan Singh y el presidente de la Unión Europea, José Manuel Durao Barroso, así como mandatarios de China, India, Brasil, Sudáfrica y México se encontraban también entre los prominentes gratulantes.
¿Se puede pedir más?
Aunque no falta quien opine que se sintió un poco solita entre los hombres del G-8, muchas son las voces que subrayan el magnífico papel desempeñado, hasta ahora, por esta física nacida en Hamburgo hace tantos años como velitas tiene su pastel ahora. Para muestra un botón: los halagos y flores verbales que el mismísimo presidente norteamericano, George W. Bush, le dedicó durante su visita oficial de la semana anterior, en donde conoció el feudo electoral de "Angie" y compartió con ella –aparte de los grandes temas, claro está- una barbacoa de jabalí en un ambiente rural distendido.
Si la semana pasada el presidente más poderoso del mundo la calificó de "amiga" y alabó tanto su capacidad para gobernar como sus cualidades humanas, el celebérrimo cantante Bono –líder de la campaña para erradicar el hambre del mundo- centra sus esperanzas en Merkel y declara : "Ella es la mujer correcta. Vamos a ver qué sucede cuando asuma la presidencia del G-8 y la presidencia de la Unión Europea el próximo año".
La casa revuelta
Y así, mientras en casa la gran coalición enfrenta su primera gran crisis –y el presidente Horst Köhler critica abiertamente la reforma política del gobierno SPD/CDU-, hacia fuera la estrella de Merkel se encuentra bastante en lo alto del firmamento político. Si el acento de su presidencia del G-8 se pondrá en la lucha contra la pobreza, el de la presidencia semestral de la Unión Europea es bastante más concreto: sacar la carreta de la Constitución del fango en que se halla atorada. Y no son pocos los que creen que lo logrará. Por ella misma, por las circunstancias favorables, porque la suerte la acompaña o por lo que fuere.
Como sea, un vistazo a la biografía deja claro que la rutilante carrera de la primera mujer en llegar a la cancillería alemana ha estado marcada por su mente clara y su increíble capacidad para sacar provecho, también propio, de las situaciones y estar en el momento exacto en el lugar preciso. Y sorprender con sus jugadas. Su cincuenta aniversario, recuerda el Tagesspiegel, lo celebró la entonces jefe de la democracia cristiana alemana no con la consabida recepción con champán, sino con una invitación a la charla "Cerebro – un ejemplo de autoorganización de sistemas complejos".
Si en aquel entonces no faltó quien sacara conclusiones y predicciones de esta manera tan merkeliana de celebrar aniversarios, ahora no falta quien vea una vez más la buena estrella de Merkel y su ducto firme y claro en este festejo internacional de su primer cumpleaños con la égida de Berlín en la mano: en el lugar correcto, en San Peterburgo, al más alto nivel; y en el momento correcto, uno en el cual muchas expectativas se juntan en su persona y cuando no es demasiado difícil augurarle éxito en las difíciles empresas que tiene por acometer.