El gobierno de Argentina niega la violencia de género, que le cuesta la vida a una mujer cada 30 horas en su país, y anunció un proyecto para derogar la figura de femicidio como agravante de pena. Familiares de víctimas temen que haya homicidas que queden en libertad antes de tiempo y denuncian la falta de medidas de prevención y protección.