Martes negro en Francia
4 de octubre de 2005El espectáculo que ofrecían esta mañana numerosas estaciones de trenes en el país galo era apenas creíble. Una de las mayores estaciones de París, la Gare du Nord, parecía una estación fantasma, sin trenes, sin apresurados transeúntes que se abren paso para entrar al metro. Sólo se veía a uno que otro viajero tratando de descifrar a partir de cuándo pasará un tren.
Caos y parálisis nacional
El martes negro, como fue bautizado por sindicalistas la jornada, debía paralizar el país con huelgas en Marsella, Niza, Lyon, Estrasburgo, Toulouse y por supuesto, París, el corazón de Francia. Las protestas no sólo colapsaron parcialmente la circulación ferroviaria, también interrumpieron el servicio de transporte subterráneo, sobre todo en la capital. También fueron cancelados unos 212 vuelos en el aeropuerto Charles de Gaulle, y otros 175 fueron desviados al segundo aeropuerto de la ciudad, el de Orly. La huelga fue secundada por los controladores aéreos y significó retrasos de casi dos horas en un sinnúmero de despegues y aterrizajes.
Prueba de fuego para Villepin
La huelga general es una protesta contra los planes de privatización del Primer Ministro, Dominique de Villepin, quien inicialmente quería vender una empresa insignificante: la empresa naviera SNCM, que opera ferrys entre Marsella y Córcega. El 'otoño caliente' prometido por los sindicatos se produce en el peor momento de los cuatro meses que lleva Villpin en el Palacio de Matignon. Las protestas que se extendieron en unas 150 ciudades francesas, esperaban la participación de un millón de manifestantes, cifra que hará tambalear los cimientos del gobierno, de por sí frágiles debido a la crisis económica que vive el país.
Alemania y Francia cojean del mismo pie
Del otro lado del Rin, el panorama debe consolar a los franceses. Sus finanzas públicas no están tan mal como las de su vecina Alemania, sin embargo la situación gala tiene los ingredientes para ser explosiva. El gobierno de Villepin no se inmuta al tener que navegar más allá del filo del 3% de nuevo endeudamiento respecto al Producto Interno Bruto, PIB, establecido en el Pacto de Estabilidad Europeo. Analistas advierten que Francia se encuentra en una espiral de endeudamiento. Estudios demográficos estiman que cada recién nacido trae una deuda de 18.700 euros bajo el brazo. Debido al bajo índice de natalidad, la población francesa avejenta, aunque no tanto como la alemana. Se espera que por primera vez el segmento poblacional de entre 15 y 60 años se reducirá el próximo año.
Señales positivas
Pero no todo es negro en el país tricolor. El nuevo endeudamiento ha sido reducido de un 4,2 a un 3,6 por ciento del Producto Interno Bruto (BIP). Analistas esperan que en el 2005 oscile en torno al 3 por ciento y con ello quede en el límite del Pacto de Estabilidad Europeo. El gobierno de Villepin invertiría con gusto los ingresos recaudados de privatizaciones en la mejora de autopistas y en la investigación. "Vivimos más allá de nuestras posibilidades", advirtió el ministro de Finanzas, Thierry Breton. Sin duda que el alto precio del crudo y el fuerte euro no ayuda a impulsar el crecimiento económico y la consolidación de las finanzas públicas. Sin embargo analistas alemanes señalan que pese a todo el clima económico mundial es muy propicio y el consumo interno es un fuerte apoyo para la coyuntura económica en Francia.