¿Licencia para matar?
19 de junio de 2004Las imágenes de los aviones estrellándose contra el World Trade Center no se borran de la memoria. Y nadie puede descartar la posibilidad de que atentados de esta naturaleza se repitan, en cualquier parte del mundo. En Alemania, las autoridades pasaron un buen susto en enero del 2003, cuando se temió que un individuo que se había apoderado de una avioneta se estrellara contra alguno de los rascacielos de Fráncfort. El episodio, afortunadamente, no pasó a mayores. Pero dejó en evidencia la necesidad de contar con leyes claras para reaccionar llegado el caso.
Caso extremo
Eso es lo que pretende la nueva ley aprobada con los votos de socialdemócratas y verdes en el parlamento alemán, dirigida al resguardo de la seguridad en el espacio aéreo. La norma, rechazada por demócratacristianos y liberales, contempla una serie de medidas, como obligar a un avión secuestrado a aterrizar, amenazar con el uso de la fuerza o hacer disparos de advertencia. Sólo en el caso extremo estaría permitido derribar la nave si se ve venir un desastre inminente, como que se estrelle contra un edificio u otro blanco estratégico. Tal medida no se explicita en el texto legal, pero está claro que es la última opción lógica que ofrece el uso de la fuerza militar.
Pese a todo lo anterior, en la prensa se habla ya de una "licencia para matar". El ex ministro del Interior, Gerhart Bauman, considera que la normativa es absolutamente inaceptable. "Sería la primera vez que un estado no neutraliza a los criminales sino que mata a cientos de pasajeros inocentes en un avión", señaló el político liberal, agregando: "de acuerdo con nuestra interpretación de la Constitución, no es imaginable ni legalmente sustentable condenar a cientos de personas a morir, para salvar quizá la vida de otras personas."
El dilema de los pilotos
Bauman anunció que, de entrar en vigor la nueva ley, presentará una queja al Tribunal de Garantías Constitucionales. También figuras de la Unión Cristiano Demócrata estiman que falta una base más sólida y reclaman una enmienda de la Constitución. Pero las críticas no provienen sólo de las filas de la oposición política. Representantes de organizaciones de pilotos civiles y militares han manifestado igualmente sus reparos.
El portavoz de la asociación de pilotos Cockpit, Thomas Kirschneck, señaló a la Deutsche Welle que el margen de error es demasiado grande cuando un ministro de Defensa emite, desde tierra, la orden de disparar contra un avión que vuela a 800 kilómetros por hora sobre las nubes. Thomas Wassmann, jefe de una agrupación de aviadores de combate, subrayó por su parte que se plantea un grave dilema. Según la publicación informativa Der Spiegel, hizo notar que un piloto comete delito si da muerte a civiles no involucrados. Por ese motivo, debería negarse a cumplir semejante orden pero ello, a su vez, conllevaría un proceso disciplinario en su contra, por insubordinación. Ciertamente, son puntos que habrá que aclarar, si Alemania quiere estar preparada para una situación que ojalá jamás llegue a producirse.