Las insólitas imágenes que dejó el apagón en España y Portugal
Las insólitas imágenes que dejó el apagón en España y Portugal
Proteger los alimentos
Los comerciantes de alimentos tuvieron que emplearse a fondo para proteger su mercancía. En este supermercado de Barcelona, una empleada alumbra el género con la luz de una linterna.
Personas varadas en estaciones
La céntrica estación de Atocha, la más concurrida de España, permaneció abierta toda la noche para acoger a los viajeros que quedaron varados por la falta de trenes. Su vestíbulo se transformó en una especie de campamento donde aguardaban viajeros agotados, tratando de descansar en el suelo, o usando cartones o ropa como camas improvisadas.
Oscura tarde en Granada
El hermoso atardecer granadino cobra otra dimensión con numerosos puntos emblemáticos de la ciudad, como la Alhambra, a oscuras. Solo los destellos de algunas luces generadas con otras fuentes de energía impidieron a la ciudad andaluza sumirse en la más completa noche.
Metro cerrado y desorientación entre los viajeros
Los pasajeros que viajaban en metro cuando se produjo el apagón, hubieron de ser evacuados. El transporte subterráneo dejó de funcionar y las estaciones fueron clausuradas. La odisea fue encontrar sitio en autobuses abarrotados o un taxi para volver a casa. Muchos viajeros, sin señal ni internet en los celulares, caminaban por las calles desorientados.
Celulares y linternas
En las tiendas que permanecieron abiertas en Granada, hubo largas filas para comprar velas, pilas, baterías y transistores. Pero la vida no se detuvo en la ciudad en un día caluroso, con terrazas y heladerías llenas de clientes. Por la noche, la luz del celular o de linternas ayuda a los transeúntes en su camino.
Tenis aplazado
La Caja Mágica de Madrid, donde se disputa el Masters 1000 de Tenis, tuvo que cerrar sus puertas y la jornada del campeonato quedó aplazada. Los partidos continúan disputándose el martes, una vez restablecida la corriente eléctrica.
Plan de contingencia en los hospitales
Los hospitales vivieron horas especialmente críticas. La mayoría pudieron mantener sus actividades esenciales gracias a sistemas electrógenos que cuentan con larga autonomía, pero hubo que interrumpir operaciones y cancelar citas no esenciales. Se pusieron en marcha planes de contingencia y aplazaron la actividad ordinaria para mantener la asistencia urgente.
Filas en los supermercados
Algunas personas relataron haber vivido momentos parecidos al inicio de la pandemia, con largas colas en los supermercados, que finalmente acabaron cerrando sus puertas, para comprar productos como papel higiénico y velas, así como alimentación no perecedera.
Caos en el tráfico
Trayectos que normalmente se hacen en 20 minutos llegaron a durar hasta cinco horas durante la caótica jornada del apagón. Los semáforos dejaron de funcionar y algunos conductores salieron espontáneamente para regular ellos mismos el tráfico.
Desconcierto en aeeropuertos
En el aeropuerto de Lisboa, se sucedieron las escenas de incertidumbre y desconcierto, con un tráfico aéreo que quedó parcialmente paralizado, además de sufrir numerosos retrasos y cancelaciones.