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Las buenas intenciones del Banco Central Europeo

6 de diciembre de 2002

El BCE cumplio lo esperado por analistas y mercados financieros y bajo los tipos de interés. Un paso importante pero no suficiente para la recuperación económica europea. Pero no todos están contentos.

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El Presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, cumplió con las expectativas.Imagen: AP

El Banco Central Europeo (BCE), máximo vigilante de la estabilidad monetaria de la moneda única europea, el euro, se animó y redujo claramente los tipos de interés en medio punto, de 3,25 a 2,75%. El nivel había permanecido sin cambios desde noviembre del 2001. En principio es un paso coherente en la actual coyuntura. En promedio, la inflación en los 12 países de la Zona Euro está bajo control y se necesita más crecimiento. Pero quien crea que el BCE es la panacea está equivocado. Tan sólo sienta el marco. No todos los países de "eurolandia" están contentos con lo que se decidió desde Francfort, sede del BCE.

Los límites de la lógica económica

Las tasas de interés representan el "precio" del dinero. Por lo tanto, una rebaja abarata el costo del crédito para empresas y consumidores y reduce los pagos de hipotecas. Es el inicio de una cadena que aumenta el ingreso disponible para los consumidores por un lado, y los recursos para inversiones empresariales por el otro. El resultado de esta suma sería la creación de empleo. Finalmente, si todos gastan más, el Estado recaudará más ingresos por concepto de impuestos. Hasta aquí la lógica macroeconómica.

Al mismo tiempo queda claro que la política monetaria del BCE es sólo un eslabón en esta cadena. Por sí misma no alcanza. Los consumidores no recuperan automáticamente la confianza. La medida del BCE tampoco se traduce en un aumento inmediato de las inversiones productivas. Por ello, los expertos exigen que también las instancias políticas deben garantizar un marco que fomente un comportamiento más activo de empresas y consumidores. Esto se refiere a las expectativas, que de momento apuntan a la baja en la Zona Euro.

En este sentido, los analistas señalan que el recorte de tipos decidida por el BCE será realmente positiva, si al mismo tiempo los Gobiernos emprenden reformas estructurales en los mercados laborales, los sistemas sociales y en el campo presupuestario.

Respuestas mezcladas

La política monetaria del BCE es mejor para algunos países y peor para otros, advierten expertos como Rafael Pampillón, del Instituto de Empresa de Madrid. Sin duda la "rebaja de tipos de interés puede ser muy adecuada para Italia, Alemania y Francia", ansiosos de impulsos claros para su actividad económica. En cambio en países como "España, Portugal, Holanda o Irlanda, la inflación no está dominada", explica Pampillón.

Para países que sufran presiones inflacionistas, la política monetaria expansiva, es decir, una reducción de los tipos de interés, "debe ser compensada con políticas fiscales restrictivas", agrega.

Se plantea un resultado mixto, que parece típico para el campo de la economía: La decisión del BCE representa sin duda un gesto de buena voluntad y el reconocimiento implícito de que urge un apoyo al crecimiento económico y la creación de empleo, pero está lejos de ser la solución.