Para salvar los ecosistemas del Pacífico, el Estado ecuatoriano creó en 1999 los acuerdos de uso sustentable y custodia de los manglares, involucrando a los habitantes de la zona para proteger este frágil ecosistema. Esta acción protegió a los manglares de su desaparición y mantuvo la fuente de empleo de los comuneros que, además de vender cangrejo, crearon emprendimientos ecoturísticos.