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La renovada importancia de la política exterior en Alemania

10 de septiembre de 2025

Los 230 embajadores de Alemania en el mundo se reunieron en Berlín. El canciller los sorprendió con un discurso inaugural.

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Friedrich Merz habla ante un estrado.
Berlín, 8 de septiembre de 2025: Friedrich Merz da el discurso inaugural de la conferencia de embajadores alemanes en el mundo.Imagen: Christophe Gateau/dpa/picture alliance

Martin Giese, vocero del ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, parece perfectamente preparado para responder a la pregunta de cuándo fue la última vez que un canciller inauguró la reunión anual de los 230 embajadores alemanes en el mundo.

Se trata de una cita rutinaria en Berlín, a la que ahora el canciller, Friedrich Merz, ha dado una relevancia especial con un largo discurso. Giese responde a la pregunta: "He consultado con mis colegas y hemos tenido que remontarnos muy atrás. La única vez que un canciller ha inaugurado esta conferencia fue Gerhard Schröder, en el año 2000".

Friedrich Merz lo hace 25 años después, un tiempo en el que el mundo ha cambiado drásticamente. El lunes 8 de septiembre de 2025, al comienzo de la conferencia en el Ministerio de Exteriores en Berlín, el canciller pronunció un discurso casi programático sobre la futura importancia de la política exterior alemana. Además, se reunió en conversación informal con las embajadoras y embajadores allí reunidos, algo también bastante inusual.

Merz: "Un nuevo conflicto sistémico"

En su discurso, Merz esbozó la imagen de un orden mundial en el que las convicciones fundamentales, antes inquebrantables, cambian casi a diario: "Lo que hemos denominado orden liberal mundial, se encuentra ahora bajo presión desde muchos frentes, incluso desde el interior del Occidente político. Ya ha estallado un nuevo conflicto sistémico entre las democracias liberales y un eje de autocracias que busca abiertamente competir con nuestro sistema democrático".

Según se desprende de las palabras de Merz, el eje de las autocracias está formado principalmente por China y Rusia. El canciller alemán dijo que Alemania se ha sentido cómoda durante demasiado tiempo en la engañosa seguridad de que las convulsiones globales nunca iban a poder afectar realmente al país. Esto ha dado lugar a una actitud de "no preocuparse por las guerras que hay ahí fuera, por los agresores, por los que rompen las reglas. Esto satisface una necesidad casi aislacionista de nuestra población. Pero Alemania no es una isla, aunque estemos rodeados de amigos, como solemos decir".

Política exterior como política de intereses

Para Merz, esto significa que la política exterior ya no es, como ha sido durante muchos años en Alemania, el caballo de batalla de unos cuantos políticos especializados. Ahora supone más bien la base de todas las áreas políticas, especialmente de la económica.

Y, sobre todo, es política de intereses: Alemania adopta posiciones en la escena internacional que benefician, sobre todo, a los mercados de la economía alemana orientada a la exportación. Según Merz, Alemania debe estar más presente y asumir un papel más destacado: "Es una responsabilidad que no sólo nos corresponde por ser el país económicamente más fuerte de este continente y que no nos arrogamos por soberbia ni por arrogancia, sino que es una responsabilidad que surge de la posición geoestratégica de nuestro país y que debemos asumir en nuestro propio interés y en el de nuestros vecinos y de toda la Unión Europea".

Cuatro jefes de estado y de gobierno saluda mientras bajan una escalera en Moldavia.
Desde que asumió el cargo, Merz ha centrado su atención en la política exterior. En la imagen, durante una visita a Moldavia.Imagen: Kay Nietfeld/dpa/picture alliance

El SPD apoya la línea del canciller

Desde su toma de posesión, no son pocos los observadores que han calificado a Merz como "canciller exterior", ya que ha estado presente en prácticamente todos los escenarios internacionales: con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington, en numerosas reuniones con el presidente francés, Emmanuel Macron, así como en la cumbre de los países de la OTAN.

Y esos mismos observadores le reprochan que descuide la política interior. Pero al socio de coalición de los socialdemócratas le gusta el enfoque exterior del nuevo jefe de Gobierno. "No hay pocos conflictos en este mundo y, por eso, es bueno que el Parlamento tenga una línea directa con el canciller para trazar juntos las líneas maestras", comenta a DW Adis Ahmetovic, portavoz de política exterior del grupo parlamentario del partido socialdemócrata SPD, socio de la coalición de Gobierno alemana.

Ischinger: "A menudo se acusa a Alemania de falta de valentía"

¿Y qué implica este nuevo enfoque para los aproximadamente 230 embajadores y embajadoras del país? ¿Cómo se percibe una Alemania que interviene más, que está más presente y ya no es una isla, como dice Merz?

"Puede que Alemania se perciba a sí misma a menudo como un país sacudido por las crisis. Pero esta imagen no coincide necesariamente con la percepción que se tiene de Alemania en el mundo", dice a DW Wolfgang Ischinger, que fue embajador en Estados Unidos y Gran Bretaña y, durante muchos años, director de la Conferencia de Seguridad de Múnich. "Desde el punto de vista del mundo exterior, somos un país extremadamente estable y próspero. Sin embargo, lo que cada vez llama más la atención negativamente en el extranjero es la falta de valentía y de voluntad de innovación en Alemania. Esto daña nuestra reputación y la culpa es nuestra".

Y si ahora la política exterior alemana se centra menos en la defensa de los derechos humanos, como hacía la anterior ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, del partido Los Verdes, y más en una sobria representación de los intereses como nación económica, esto tampoco es realmente nada nuevo para los diplomáticos alemanes en todo el mundo. "El trabajo de las representaciones alemanas en el extranjero no cambia mucho. La diplomacia era, es y seguirá siendo la promoción basada en valores de nuestros intereses nacionales. Aunque el contexto cambie, la esencia del trabajo diplomático sigue siendo la misma", concluye Ischinger.

(ms/dzc)