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La mayoría conservadora se reduce en Alemania

Emilia Rojas Sasse15 de septiembre de 2005

El suspenso se acentúa al término de la campaña electoral alemana, en vista de que las encuestas no arrojan mayoría absoluta para ninguna de las alianzas en pugna y ya se barajan otras posibles coaliciones.

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Schröder ya le pisa los talones a su contrincante en las encuestas.Imagen: AP

Hace un par de meses, cuando se anunció la celebración de elecciones anticipadas en Alemania, las encuestas no daban un centavo por la socialdemocracia. Cerca de un 27% de preferencias era todo lo que lograba conseguir en las encuestas el Partido Socialdemócrata (SPD) y muchos se preguntaban de dónde sacaba el canciller Gerhard Schröder ese mínimo de optimismo necesario para lanzarse a una campaña electoral. Ahora, en la recta final, el panorama es diferente. La retadora cristianodemócrata, Angela Merkel, ve esfumarse la holgadísima mayoría que se le auguraba.

Empate virtual

Los últimos resultados del "barómetro político", un sondeo que presenta regularmente el segundo canal de la televisión pública alemana, indicaron que a una semana de los comicios, la Unión Cristianodemócrata aventaja por sólo dos puntos al SPD. 38% contra 40%. Una inquietante decepción para los partidarios de Merkel y una renovada esperanza para los seguidores de Schröder. La distancia se agranda, sin embargo, si se toman en cuenta otras consideraciones de más largo aliento, según la misma encuesta. Pero, de todos modos, ninguno de los bandos en pugna tiene asegurada la mayoría necesaria para gobernar. Ni el SPD con su socio actual de coalición, Los Verdes, ni la CDU con su aliado oficial, el Partido Liberaldemócrata (FDP), obtendrían el 50%. Y eso ya es un triunfo para la campaña de Schröder, teniendo en cuenta su misérrimo punto de partida.

En estas circunstancias, los últimos días de la campaña electoral se ven marcados por múltiples especulaciones acerca de qué otras alianzas podrían formarse para gobernar en Alemania. Con cierta insistencia se menciona la posibilidad de una coalición entre los dos grandes rivales, el SPD y la CDU. Tal idea disgusta desde luego a liberales y verdes, que quedarían fuera de combate. Y tampoco agrada en lo más mínimo a Angela Merkel y su equipo, que preconizan un cambio de fondo en la política de Berlín.

¿Definición a la fuerza?

La Unión Cristianodemócrata se muestra decidida a evitar una alianza con los socialdemócratas, al extremo de que Angela Merkel estaría dispuesta a forzar una definición cuando llegue la hora de elegir al jefe de gobierno en la votación del Parlamento Federal. Según el periódico Leipziger Volkszeitung, que se remite a deliberaciones entre abogados constitucionalistas de la CDU, Merkel estaría dispuesta a repetir tres veces la votación parlamentaria. En el tercer intento, le bastaría una mayoría relativa. Si eso ocurriera, el presidente federal dispondría de una semana para nombrarla canciller o volver a disolver el parlamento.

Estos supuestos planes cristianodemócratas ya han provocado un enérgico rechazo en sus contrincantes. Por ejemplo, el secretario general del SPD, Klaus Uwe Benneter, señaló en una declaración que Merkel y su gente quieren que Alemania vote hasta que el resultado le acomode a la CDU. Pero, al margen de los arrebatos de indignación, los socialdemócratas deben ver con oculta satisfacción cómo en las fila