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La expansión de la ofensiva contra el Cártel de los Soles

5 de septiembre de 2025

Narcoestado bajo presión. Ramón Cardozo analiza en su columna las herramientas de Estados Unidos para enfrentar la crisis venezolana.

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 Nicolás Maduro ante un micrófono.
EE.UU. ha ofrecido una millonaria recompensa para quien entregue a Nicolás Maduro, a quien considera líder del Cártel de los Soles.Imagen: Juan Barreto/AFP

La estrategia de presión de EE.UU. sobre el régimen de Nicolás Maduro trasciende el plano militar del despliegue naval en el Caribe. Más allá de los destructores y submarinos que patrullan aguas internacionales cercanas a Venezuela, Washington impulsa en paralelo una agresiva ofensiva diplomática regional destinada a redefinir la naturaleza y el tratamiento del problema venezolano.

En las últimas cuatro semanas, cuatro países latinoamericanos dieron pasos que marcan un punto de inflexión en esa dirección: Ecuador (14 de agosto), Paraguay (22 de agosto), Argentina (26 de agosto) y República Dominicana (2 de septiembre) designaron al Cártel de los Soles como organización terrorista transnacional, sumándose a la decisión estadounidense del 25 de julio.

Estas medidas no son simples gestos protocolarios de solidaridad con Washington, sino decisiones concretas que apuntan a la reconfiguración de la cooperación hemisférica para enfrentar con mayor eficacia la crisis venezolana.

Hacia un nuevo paradigma hemisférico para enfrentar la crisis venezolana

El Cártel de los Soles constituye una anomalía en el panorama criminal latinoamericano: no es "otro cártel más”, sino un aparato criminal estatizado. Decisiones y comunicados oficiales del Gobierno de Estados Unidos no solo lo vinculan con el narcotráfico transnacional, sino que el Departamento del Tesoro lo designó como "Specially Designated Global Terrorist” (SDGT) el 25 de julio de 2025, describiéndolo como "un cártel venezolano dirigido por Nicolás Maduro” y señalando que él y altos funcionarios "corrompieron las instituciones del gobierno en Venezuela, incluidas partes del ejército, el aparato de inteligencia, la legislatura y el poder judicial, para facilitar los esfuerzos del cártel de traficar narcóticos a Estados Unidos”. Esta caracterización oficial da a entender que el Estado venezolano se encuentra fusionado con una estructura criminal narcoterrorista, configurando lo que podría definirse como un narcoestado.

Las decisiones coordinadas de Estados Unidos, Argentina, Ecuador, Paraguay y República Dominicana buscan instalar en el hemisferio un nuevo paradigma para enfrentar la crisis venezolana. Con la calificación del Cártel de los Soles como organización terrorista transnacional imbricada en el Estado venezolano, se desplaza el énfasis desde marcos previos —"ruptura democrática”, "crisis humanitaria” o "delincuencia organizada transnacional”— hacia una nueva categorización: amenaza de seguridad hemisférica.

Este cambio de paradigma activa marcos y obligaciones internacionales contra el terrorismo (en particular, las derivadas de la Resolución 1373 de la ONU), acelera la cooperación en inteligencia, diplomacia y finanzas entre Estados aliados, y eleva los costos políticos y reputacionales para quienes mantengan relaciones con el régimen venezolano.

El Cártel de los Soles, una amenaza para la seguridad hemisférica

A diferencia de la delincuencia organizada transnacional, concebida como actividad criminal orientada al lucro, el terrorismo internacional es conceptualizado por el derecho internacional como una amenaza a la paz y la seguridad internacionales.

Su objetivo central consiste en "intimidar gravemente a una población" o "obligar indebidamente a los poderes públicos a realizar o abstenerse de realizar un acto". Esta diferenciación fundamental en cuanto a naturaleza y finalidades de ambos tipos de delitos transnacionales justifica que los Estados y la comunidad internacional dispongan de herramientas preventivas y expeditas para contrarrestar los riesgos graves e inminentes que plantea el terrorismo internacional, más allá de las limitaciones procesales establecidas para combatir delitos transnacionales ordinarios como el narcotráfico internacional.

Bajo el paraguas de las resoluciones de la ONU contra el terrorismo y las medidas adoptadas por Estados Unidos, Ecuador, Paraguay, Argentina y República Dominicana, avanza en el hemisferio —con matices entre países— una misma plataforma de actuación frente al Cártel de los Soles, a la cúpula gobernante de Venezuela y al uso del aparato estatal en su favor: el tema pasa a ser prioridad de Estado; se puede actuar con indicios razonables (sin esperar condena) para cortar dinero, logística y movimientos; y se acelera la cooperación en inteligencia, asistencia judicial y alertas compartidas.

Nuevas herramientas para combatir al Cártel de los Soles

Este nuevo encuadre eleva el riesgo regulatorio y reputacional para bancos, empresas y terceros que interactúen con la red. Asimismo, incrementa el riesgo legal y diplomático para entidades públicas —en especial bancos y compañías estatales con operaciones internacionales— y exige notificar y coordinar con socios y foros internacionales.

En el plano penal y operativo, habilita imputar delitos más graves (terrorismo y su financiamiento, además de narcotráfico y lavado) y ordenar con mayor rapidez el congelamiento o embargo de bienes; además, prioriza técnicas especiales de investigación y el intercambio de pruebas. En seguridad, refuerza los controles en fronteras, puertos y aeropuertos.

En suma, este enfoque acorta tiempos, amplía herramientas y coordina a los Estados para asfixiar las finanzas, la logística y la movilidad de la red y para perseguir sus estructuras —no solo a los operadores—, lo cual tendrá efectos significativos sobre las economías criminales del cártel venezolano.

Señales de expansión del nuevo enfoque en el hemisferio

El cambio de paradigma muestra señales de expansión hemisférica. En las últimas dos semanas, parlamentarios en Perú, Chile, Colombia, Honduras y Panamá impulsaron iniciativas para declarar, o instar a sus Gobiernos a designar, al Cártel de los Soles como organización terrorista internacional.

En Perú, el Pleno del Congreso aprobó el 3 de septiembre, con votación de 73 a favor, 27 en contra y 5 abstenciones, una moción que declara "al Cártel de los Soles, organización criminal internacional, como una organización terrorista en el Perú, debido al grave riesgo que representan sus operaciones para la estabilidad democrática del país, así como para la seguridad de todos los ciudadanos". En Chile, 27 senadores pertenecientes a la bancada de oposición ingresaron el 28 de agosto un proyecto de acuerdo para solicitar que el ejecutivo nacional declare al "Cártel de los Soles" como organización terrorista.

En Colombia, la bancada del Centro Democrático introdujo el 2 de septiembre en el Congreso una propuesta que exhorta al Gobierno Nacional a que declare al Cártel de los Soles como "una organización narcotraficante transnacional y financiadora del terrorismo, por constituir una amenaza directa contra la seguridad nacional, la estabilidad regional y los derechos fundamentales de los colombianos".

En Honduras, el 29 de agosto, la bancada del Partido Nacional anunció que presentará un proyecto de ley para declarar al Cártel de los Soles como organización terrorista. En Panamá, ese mismo día, el diputado José Pérez Barboni hizo una solicitud similar al ejecutivo nacional.

Aun con estas nuevas iniciativas, nada garantiza que el nuevo paradigma se instaure de forma consensuada en el hemisferio. Persisten agendas que priorizan un abordaje más diplomático del caso venezolano y niegan la existencia o relativizan el peligro del Cártel de los Soles; un ejemplo fue la reunión de emergencia de la CELAC, convocada por la canciller de Gustavo Petro, para discutir el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe. Ahora bien, la ausencia de una declaración conjunta tras ese encuentro sugiere que, por ahora, esa resistencia no reúne la fuerza necesaria para frenar el cambio de enfoque en el hemisferio.

(ms)