La energía atómica tiene ángel guardián japonés
2 de julio de 2009En marzo pasado había fracasado la elección del sucesor de Mohammed el Baradei, que ocupa el cargo de director de la OIEA hace 12 años y desistió de un cuarto mandato.
Este fue el cuarto intento de obtener dos tercios de la mayoría, y hoy, gracias a ella, la responsabilidad por el control de las centrales atómicas y de los arsenales nucleares del mundo recaerá en un japonés. Yukiya Amano, un diplomático de 62 años, era el candidato con más posibilidades de ser electo, y ahora obtuvo 23 votos de un total de 35 electores del Consejo de Gobernadores.
Amano es experto en desarme y energía atómica, y representa a Japón como embajador de la OIEA desde 2005. Sus principales rivales en esta elección eran el experto sudafricano Abdul Samad Minty y el español Luis Echavarri, jefe de la Agencia de Energía Atómica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La OIEA fue fundada en 1957 por iniciativa de EE.UU. a raíz de la preocupación por la creciente producción de armas atómicas. Su central está en Viena y allí se desempeñan cerca de 2.200 personas de 90 países. Se trata de una organización autónoma que posee un estatus especial dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La tarea de la OIEA consiste en estimular el uso pacífico de la energía atómica, así como de sustancias radioactivas, y evitar el uso militar de las tecnologías atómicas por medio de medidas de supervisión, las llamadas “Safeguards”.
Elección difícil
Ninguno de los dos candidatos principales, Abdul Samad Minty y Yukiya Amano, había podido reunir hasta hoy los dos tercios de los votos necesarios para asumir el cargo de director de la OIEA. Estas dificultades son sintomáticas, ya que se trata de una decisión fundamental para el curso de la política atómica. La razón es que, entre los 148 países miembros de la OIEA, los intereses están divididos entre los países en desarrollo y los industrializados.
Los países desarrollados apostaron por Yukiya Amano a fin de que ejerza mayor presión sobre los países que supuestamente producen uranio y armas atómicas, como, por ejemplo Irán. Los países en desarrollo no veían en Amano un candidato que pudiera representar sus intereses.
Abdul Samad Minty, era el favorito de estos Estados, que exigen mayor apertura a la información sobre nuevas tecnologías atómicas y nuevos recursos. Pero el lado flaco de Minty es, según los EE.UU., que su opinión sobre la política nuclear de Irán es demasiado positiva.
Guardián celoso del desarme nuclear
Amano asumió como embajador de Japón en 1972 y, 10 años más tarde, pasó a ejercer un cargo en el Departamento de Desarme del Ministerio de Exteriores. “De inmediato sentí que en este puesto podía servir a mi país”, dijo entonces Amano. En el japonés, la OIEA habría ganado a un tecnócrata capaz de mantener y mejorar la organización de dicho organismo. Con respecto a su candidatura para la OIEA, el diplomático comentó que “la tecnología utilizada correctamente puede facilitar las actividades de la OIEA en todas las áreas, desde la verificación hasta la gestión”. Por el contrario, el empleo de avances científicos para fabricar armas destructivas sólo conduciría a la catástrofe.
Cuando el Consejo de Gobernadores confirme en septiembre de este año la elección de Yukiya Amano, al diplomático le espera un camino difícil. Su postura firme contra Irán y el apoyo de Japón a la política armamentista de EE.UU. podría generar rechazo en una parte de los países miembros. Amano dijo que “se alegra mucho” por su elección. Se refirió al ataque nuclear que sufrió su país en Hiroshima y Nagasaki, y acentuó que haría todos los esfuerzos necesarios para lograr un desarrollo sostenible a través del uso pacífico de la energía atómica al servicio de la humanidad.
Autora: CP, dpa, rtr, afp
Editora: Emilia Rojas Sasse