"La clave para un nuevo Irak se halla en manos de la mayoría chií"
27 de agosto de 2004
El FRANKFURTER RUNDSCHAU, de Fráncfort, escribe que "la clave para un nuevo Irak se halla sobre todo en manos de la mayoría chií. De ella debe partir la señal a los rebeldes iraquíes: con violencia no habrá perspectiva democrática alguna. Para posibilitar a los partidos políticos una lucha dura, pero no violenta por su posicionamiento político se necesita tiempo. Por el momento, lo más importante es calmar a los airados, inspirar a los desalentados y desarmar a los violentos".
El diario económico HANDELSBLATT, de Düsseldorf, dice: "Ahora deben retirarse también las tropas de coalición de la ciudad santa. Ello puede resultarles difícil, luego de las últimas tres semanas, con tantas bajas. Pero ése es el único camino para crear un clima de entendimiento. Sistani apuesta por las raíces de la doctrina chií. Y en ellas no se predica la revolución, sino la abstinencia política. El modelo en Irán bajo el ayatolá Khomeini le puede incluso servir a Sistani de advertencia."
EL PAÍS, de Madrid, opina: "No tiene soldados ni milicias, pero el gran ayatolá Alí al Sistani tiene la autoridad religiosa entre los chiíes de Irak, que pesa más, y por ello era el único que podía desactivar la crisis en Nayaf. Más de siete decenas de muertos tiñeron su regreso ayer a la ciudad que guarda el mausoleo del imán Alí, el fundador del chiísmo y donde se habían hecho fuertes los seguidores de Múqta-da al Sáder. Pero Sistani, rodeado de decenas de miles de fieles disciplinados a los que había convocado a Nayaf, logró un acuerdo para poner fin al enfrentamiento entre la milicia Mahdi de Al Sáder y las fuerzas de EE UU e iraquíes en esa ciudad y en la cercana de Kufa. Si esta paz, aunque sea local, se consolida, Sistani habrá ganado más peso y capacidad de influencia en Irak que EE UU o el Gobierno de Alauí".
El diario ruso KOMMERSANT, de Moscú, comenta: "Los recientes acontecimientos en Nayaf tendrán grandes consecuencias para todos los participantes. La solución incruenta del conflicto significa para el predicador radical Múqta-da al Sáder una completa derrota. Ahora, el gran ayatolá chií Ali el Sistani reclama un papel de liderazgo en todo el país. Ello le dará dolores de cabeza a los norteamericanos, porque éstos apuestan en realidad por muy otras personas."