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La barbarie en Irak

18 de noviembre de 2004

Aún bajo el impacto del asesinato de la directora de Care en Irak, la prensa europea analiza en sus comentarios este crimen y sus derivaciones, en el contexto de la violencia que sigue sacudiendo al país.

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El mundo entero repudia el asesinato de Margaret Hassan.Imagen: AP

El Hannoversche Allgemeine Zeitung, de Hannover, comenta: “Desde la Liga Árabe hasta la Unión Europea, representantes del mundo entero condenaron el asesinato de la directora de Care (en Irak). Su cuerpo aún no ha sido encontrado. Es un hecho vergonzoso, para el que ninguna religión tiene disculpas. En realidad resulta vano preguntarse por los motivos de los autores de este crimen. Pero una cosa es segura: La intención es disuadir a los colaboradores de organizaciones asistenciales de trabajar en Irak, y poner a temblar a otros, ante una pregunta de respuesta conocida: ¿Si Margaret Hassan no estuvo segura en Irak, entonces quién? En el campo de batalla de la Yihad en que se ha convertido Irak no hay misericordia según la lógica de un terrorista islámico.”

Seguridad inexistente

El rotativo Südwest Presse, de Ulm, apunta: “Miles de iraquíes realizaron manifestaciones contra el crimen de que fue víctima Margaret Hassan. Su asesinato apunta contra los principios fundamentales del Islam y contra el pueblo iraquí. ¿Cómo podrá encontrar la paz un país en el que mujeres como Margaret Hassan pagan con su vida su desinteresada labor social? Puede que el presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, afirmen que el mundo se ha vuelto más seguro tras el derrocamiento de Saddam Hussein. Pero no en Irak. Care era una de las pocas organizaciones humanitarias que ayudaban a la gente in situ. Ahora también se retira. La ‘pax americana’ les brindó tan poca protección como a los técnicos e ingenieros que podrían reconstruir la devastada infraestructura.”

Dudosa moral

Der Standar, de Viena, opina: “El caso de Margaret Hassan demuestra el pérfido efecto que la realidad de la guerra, que ya dura 20 meses, surte en las parte en conflicto y cómo éstas lo manipulan. Supuestamente el grupo del líder terrorista Sarkaui se distanció del secuestro de Hassan: ‘en el verdadero Islam no se mata a mujeres ni a niños. Sólo matamos a aquellos que luchan contra nosotros y nuestro pueblo’, sostenía un mensaje suscrito por ‘Al QWaeda-Irak’. Con él, el grupo de Sarkawi, responsable de una serie de decapitaciones, estableció su propio y dudoso standard moral.”

Repudio musulmán

Liberation, de París, indica: “Lo que ocurre en Irak no es asunto de moral, sino de estrategia. Un levantamiento debe ser combatido principalmente con las armas de las ideas y, en este contexto, se debe involucrar políticamente a la población, si se quiere lograr un triunfo y no una derrota. La barbarie fundamentalista repugna a la mayoría de los musulmanes. Pero eso no debe ser socavado por una moral que relativizadora por parte de aquellos que deberían tener la tarea de poner fin a esa barbarie pero también cometen crímenes como las ejecuciones arbitrarias.”