Irak, un escándalo más
13 de julio de 2004El gobierno británico encargó en febrero pasado a Lord Robin Butler, la elaboración de un informe sobre como se recopiló la información de inteligencia. Los resultados serán presentados en una conferencia de prensa el miércoles, un día después de que los conozca Blair. Sobre las supuestas armas de destrucción masiva en Irak, principal argumento para iniciar la guerra contra Sadam Husein, escribe el diario británico liberal The Guardian: “Para allanar el camino y emprender una guerra al lado de Estados Unidos, el primer ministro Tony Blair echó mano de información deficiente basada en indicios de los servicios secretos y la transformó en argumentos que parecían irrefutables y contundentes. Por supuesto que Blair podrá argumentar que dicha información ya era defectuosa cuando llegó a sus manos. Pero lo que no debió haber hecho es eludir toda responsabilidad cuando dicha información apareció inflada en su escritorio. Sin esto último, la justificación de la guerra no se hubiera mantenido”.
Crítica desde ambos lados del Atlántico
El rotativo belga De Standard, escribe: “Coincidencia o no, en el transcurso de unos cuantos días, han sido divulgadas demoledoras investigaciones en ambos lados del Atlántico sobre las razones de Londres y Washington para emprender una guerra contra Irak. La semana pasada el Senado estadounidense pronunció fuertes críticas sobre la deficiente información de los servicios de inteligencia y del gobierno. Ahora muy probablemente quedará claro en Londres que la información era poco fiable y que la decisión de invadir Irak era injustificable. (...) Cada vez queda más claro que Irak, después de Vietnam y Watergate, es un escándalo más sobre el que las autoridades han mentido a la población. Son episodios lamentables que provocan mundialmente una ruptura entre la política y la opinión pública”.
Casos de tortura en Irak
La comparecencia de la soldado Lynndie England, investigada por torturas en Irak fue pospuesta el lunes. En varias fotografías tomadas en la cárcel de Abu Ghraib, England aparece sonriendo y haciendo gestos de burla frente a iraquíes desnudos. En una imagen se la ve sosteniendo una correa atada al cuello de un prisionero desnudo que yace en el suelo.
Sobre este tema escribe el diario alemán Freie Presse Chemnitz: “En todas sus declaraciones sobre los vejámenes a que fueron sometidos algunos prisioneros iraquíes, la joven soldado insiste en que no actuó por voluntad propia sino por órdenes de sus superiores. ‘Recibí instrucciones de personas de alto rango para pararme ante la cámara y sostener la correa, así fue como fue tomada esa imagen’, afirmó la soldado a la televisión estadounidense. Eso es precisamente lo que hace el caso tan explosivo, pues si sus declaraciones son ciertas, podrían convertirse en la piedra que haga tropezar a George W. Bush en el camino hacia su reelección”.