Irak: "todas las recetas militares han fracasado"
18 de julio de 2005
El TAGES-ANZEIGER, de Suiza, opina: "Todas las recetas militares, ya sean iraquíes o norteamericanas, han fracasado hasta ahora. Las razzias y las operaciones militares sólo han traído más muertos, prisiones llenas y más simpatía por la resistencia. El jefe de Gobierno, al Yafari, no tiene muchas opciones. Sólo puede intentar cumplir con los planes de la reorientación política, a pesar de la precaria situación de seguridad. Con la inclusión del mayor número posible de grupos de población, sobre todo de los suníes árabes, quiere además abrir una brecha en la resistencia. Por el momento no se puede decir si esa estrategia va a dar resultado o no".
La minoría suní no soporta haber perdido el poder
LE FIGARO de Francia, comenta: La minoría suní no puede soportar haber perdido el poder en favor de chiíes y kurdos. Los inculpa de colaborar con las tropas de ocupación. Los suníes, defensores de un nacionalismo árabe fomentado por Saddan Hussein, acusan a los unos de ser seguidores de Teherán y a los otros, de querer la independencia. Es decir, que la principal causa de la violencia es la política, aunque también desempeñen un papel las ideas religiosas y los grupos allanen el camino a Al Qaeda".
El principal problema es la anarquía
El DAILY TELEGRAPH, de Londres, escribe: "El principal problema es la anarquía. No es sólo el desorden en las calles, sino que se trata también de un déficit de reglas aceptadas por todos. El Irak se halla dominado por bandas y milicias, la propiedad no está asegurada y los ciudadanos no tienen garantía alguna de ser resarcidos si son víctimas de injusticias. En tanto no impere la ley como instancia suprema no se impondrán ni la democracia ni los derechos humanos. Por ello, el próximo juicio a Sadan Hussein tiene más que una importancia simbólica. Que el ex tirano sea juzgado por sus crímenes demuestra que nadie escapa a la ley".
Una cuestión de honra
El diario noruego DAGBLADET editorializa: "En los últimos años, los temas del terror y los atentados suicidas han pasado a ser parte del debate en la sociedad global. La creciente condena de los atentados por parte de los países musulmanes puede coadyuvar a que esos hechos pierdan atractivo. Los seres humanos quieren reconocimiento y los fanáticos religiosos pueden ser incitados a la violencia y la autoinmolación si creen que así ganan respeto. La lucha contra el terror debe ser llevada adelante sobre todo con la información. Nadie nos puede proteger de fanáticos aislados, pero podemos demostrarles que no ganan honra".