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Irak: elecciones en duda por el terrorismo

6 de enero de 2005

La espiral de violencia que sacude a Irak ha encendido el debate en la prensa internacional sobre la conveniencia de si llevar a cabo o aplazar las elecciones previstas para este 30 de enero.

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Propaganda electoral del Ayatollah Ali al-Sistani en Bagdad.Imagen: AP

El diario francés Libération registra: “George W. Bush ya no habla de querer llevar la democracia al Eufrates y el Tigris o de que convertir a Irak en un país floreciente. Su cometido ahora es sacar a las tropas estadounidenses del atolladero en que él mismo las metió, sin perder mucho prestigio. Bush parece estar dándose cuenta de su derrota a manos de la inquebrantable resistencia “nacional islámica”. Las elecciones de este 30 de enero tienen la intención de “iraquizar” el poder en Bagdad como medio para salir de la crisis. Pero no está nada seguro de que las elecciones se realicen. Y aún más inseguro es el que las elecciones conduzcan ahora a algo bueno.”

Se agotan los argumentos de la ocupación

Por su parte, el rotativo danés Berlingske Tidende, advierte: “Las elecciones del próximo 30 de enero son una oferta democrática que muchos iraquíes rechazan. Este es el deprimente status quo de un hecho político estabilizador que pretendía dar una esperanza a esta quebrantada región. Cancelar las elecciones planeadas enterraría, por otra parte, la última oportunidad que tiene el pueblo iraquí de expresar su voluntad propia. Si los países que destronaron a Saddam Hussein no son capaces de garantizar la realización de las elecciones, se habrán agotado las razones para la ocupación militar de Irak.”

No votar será peor

Por último, el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung constata: “Los constantes ataques terroristas contra las fuerzas de seguridad iraquíes y el Gobierno han surtido efecto. Pero las Naciones Unidas, los estadounidenses y los mismos iraquíes caerían en la trampa si ceden a la petición del presidente iraquí Ghazi al Jawar de aplazar los comicios. Las elecciones no serán representantivas, pues serán muchos los ciudadanos que por temor no sufragarán y los sunitas, de todos modos, las boicotearán. Pero su aplazamiento sería aún peor. El pueblo tiene que ganar la certeza de que, por imperfecto que sea, es posible construir un nuevo orden contra el terrorismo. Los iraquíes no tienen otra alternativa a votar.”