¡Intervengan por favor!
Este martes el euro cotizó en una banda cercana a los 1,2748 euros por dólar. Como todos los días desde hace varias semanas, se volvieron a escuchar voces que demandan parar la carrera ascendente del euro. En Alemania se escucha principalmente a los exportadores quejarse sobre la fortaleza de su divisa. En la vecina Francia, a las voces de los exportadores galos, se unen también la del presidente francés, Jaques Chirac, el ministro de Finanzas, Francis Mer, y el presidente del Banco Central francés, Christian Noyer. Francis Mer incluso ha propuesto que el G 7 se ocupe del tema en su cumbre del mes de febrero.
Trichet preocupado
Sólo una acción concertada puede poner fin al ascenso continuo del euro. Después de que el Banco Central Europeo (BCE) ignorara el jueves 8 de enero las demandas de un recorte de la tasa de interés base europea, con el fin de reducir el atractivo de inversiones en instrumentos de Eurolandia, incluso Jean-Claude Trichet, presidente de esta institución, aceptó públicamente en Basilea, durante la reunión de los presidentes de los bancos centrales del G-10, su preocupación por los acontecimientos en el mercado de divisas. ¿Señal de que el BCE está decidido a intervenir, por ejemplo con la compra masiva de dólares en los mercados internacionales? La aseveración verbal de que se estaría dispuesto a hacerlo puede ayudar a lograr un giro en la tendencia, no se diga una intervención real. Pero en opinión de muchos especialistas, el alivio sería sólo momentáneo. Muchos creen que no sería suficiente para cambiar la situación imperante.
Control en manos de EEUU
Según el economista en jefe del grupo alemán Allianz, Michael Heise, la economía estadounidense se desarrolla mucho mejor que la europea, por lo que resulta muy difícil explicar la actual debilidad del dólar. En su opinión esta debilidad y la fortaleza del euro es resultado de una enrome inversión que redundará en un gran déficit en el presupuesto estadounidense. Mientras que el gobierno del presidente George W. Bush mantenga su actual política monetaria es poco lo que se puede hacer, según Heise.
La oportunidad ideal para cambiar la tendencia imperante sólo se logrará a través de las tasas de interés, una opinión compartida por muchos especialistas. Sólo un incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, paralelo a un recorte de las mismas en la Unión Europea, podría volver a instaurar el equilibrio.