El fútbol vuelve a Alemania
19 de noviembre de 2009Fue un partido diferente, lleno de simbolismos, pero, de todas formas, más normal de lo que pudiera haberse esperado. El ambiente en el estadio de Gelsenkirchen, antes de iniciarse el compromiso, se caracterizó por la pesada carga de una pérdida que aún se sentía con fuerza, la de Robert Enke: las banderas a media asta, el público sosteniendo carteles de condolencia, en la capilla un altar con una foto del arquero y en las ceremonias protocolarias un minuto de silencio durante el cual se presentó, en pantallas gigantes, un video sobre la vida (privada y deportiva) del fallecido.
Pero quizás los gestos de duelo que más conmovieron a quienes siguieron los preliminares del partido, en el estadio y a través del televisor, fueron, en primer lugar, el de los visitantes, los jugadores de la selección de Costa de Marfil, quienes sobre su uniforme se pusieron una camiseta blanca en la cual, en letras negras sobre la foto de Enke, se leía: “En memoria”. Un pésame futbolístico.
El segundo gesto que movió al borde de las lágrimas al público, y algunos jugadores, fue el protagonizado por Michael Ballack, capitán del equipo nacional alemán y amigo de infancia de Robert Enke, cuando dobló la camiseta del portero, la que lleva en la espalda su nombre y el número uno, y la colocó en el banco de suplentes, en el puesto que éste usualmente ocupaba entre los defensores Andreas Beck y Arne Friedrich. Allí permaneció hasta el final del partido.
Carta de despedida
Antes del partido contra Costa de Marfil, la selección alemana hizo pública una carta de despedida a su compañero que se imprimió en el magazín de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), en la que expresaba su dolor: “Querido Robert, no nos es fácil ponernos esta noche los guayos y salir a la cancha a hacer, durante 90 minutos, lo que tu tanto amaste…”; “Durante largo tiempo nos sentamos juntos a pensar en ti, a llorar, a buscar respuestas y en cambio encontramos cada vez más preguntas. ¿Por qué no pudimos ayudarte?”
En otro aparte los integrantes de la selección se cuestionan “Es un doloroso pensamiento el que tu te debiste haber sentido solo pese a estar con nosotros, el de que tu sentías que podías perder más que sólo un partido, que para ti estaba más en juego que para el resto de nosotros…”. El mensaje final es “Tu nos harás falta”, “Hoy jugamos por un buen amigo cuya muerto nos ha unido un poco más. Somos un equipo, y tú serás siempre parte de él. Tu selección”.
El balón rueda
Durante el partido, la selección alemana llevó una banda de luto en el brazo derecho que (paradójicamente) combinaba con sus nuevos uniformes blanco y negro, los cuales –ironía del destino- fueron presentados oficialmente el mismo día en el que Robert Enke se quitó la vida; mientras los integrantes del equipo nacional recibían su nueva ropa de trabajo en la sede de Adidas al sur de Alemania, en el norte el portero del Hannover se encaminaba a la vía del ferrocarril donde se suicidó.
Desde el pitazo inicial en la cancha no hubo más espacio para el dolor, el fútbol se impuso y el partido se desarrollo con gran ánimo hasta convertirse en un agradable espectáculo en el que Alemania –especialmente en los primeros minutos- y Costa de Marfil buscaron la victoria. El último gesto en dirección a Enke fue la celebración del primer gol de Lukas Podolski: el delantero levantó su brazo derecho y mirando al cielo señaló con su dedo índice al imaginario portero que desde allí debía estar siguiendo las acciones de sus ex compañeros.
Al final el resultado 2-2 fue justo y el último partido del 2009 de los alemanes presentó muchas novedades: el uniforme, el debut de Tim Wiese en el arco como titular, la convincente presentación de otro nuevo, Stefan Kießling, y el arribo de un talento en ascenso, Aaron Hunt del Bremen. Lo que empezó bajo la sombra de una tragedia terminó amoldado a lo cotidiano y la selección se marcha a una larga pausa que terminara el 3 de marzo, cuando en Munich, ya pensando en serio en el Mundial, se mida contra Argentina.
Autor: Daniel Martínez
Editor: José Ospina-Valencia