Germans to the front!

Sobre la situación en Irak escribe el diario británico Financial Times: “Independientemente de quién resulte ganador de las elecciones en Estados Unidos, muy probablemente habrá elecciones en Irak según lo planeado. Tarde o temprano el gobierno emergente recurrirá a la ayuda internacional. En aras de obtener legitimidad y credibilidad ante los iraquíes, dicho gobierno pedirá a Estados Unidos que retire sus soldados, buscando respaldo de otros países en materia de seguridad. Alemania, al igual que Francia y otros miembros de la Unión Europea, como España, harían bien en preparar una respuesta”.

El dilema de la política exterior alemana

Otro tono tiene el comentario editorial del diario regional germano Lepziger Volkszeitung: “Nadie tiene la intención de enviar soldados alemanes a Irak. Lo que se haya dicho ayer no necesariamente tiene vigencia hoy. ¿O si? Tras las declaraciones de Struck (titular alemán de Defensa), la oposición del canciller (Gerhard Schröder), a la propuesta de su ministro y el rápido desmentido de éste, la verdad se encuentra, como tantas veces, en el punto medio. Lo que no significa otra cosa que Alemania está ante una disyuntiva. Por un lado están las restauradas relaciones trasatlánticas, así como la lealtad alemana a la OTAN. Por el otro, está el rechazo del gobierno socialdemócrata-verde a la guerra de Irak y la aspiración de Berlín de asumir una mayor responsabilidad internacional, es decir, un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Ese es el dilema alemán en su actual política exterior".

Si Kerry gana las elecciones

Este punto también aborda el diario este-alemán Märkische Oderzeitung: “Struck –el ministro alemán de Defensa- ya tiene en la mira la siguiente etapa en Irak. Que haya sucedido a escasas semanas antes de las elecciones en Estados Unidos no es ninguna coincidencia. Fue más bien una ayuda indirecta a la campaña electoral del candidato demócrata, John Kerry. Repetidas veces ha señalado que para resolver el problema de Irak es necesario convencer a los países que se opusieron a la ofensiva estadounidenses, como Alemania y Francia, de que se suban al bote. Si Kerry gana las elecciones y luego toca a las puertas de Berlín pidiendo ayuda, Schröder no podrá decirle que no”.