Faluya: ¿La batalla decisiva?
11 de noviembre de 2004El periódico Hannoversche Allgemeine Zeitung, de Hannover, plantea: “El éxito o fracaso de la operación militar sólo podrá ser evaluado definitivamente el día de las elecciones. En el Pentágono y en el ‘cinturón verde’ de Bagdad -en el que actualmente el gobierno iraquí se ve obligado a parapetarse-, se dice que la conquista de Faluya creará las condiciones para que toda la población pueda participar en los comicios. Escépticos, como el secretario general de la ONU, Kofi Annan, temen en cambio que esta batalla aleje aún más a los iraquíes de la idea de las elecciones. El hecho de que el principal partido sunita haya abandonado la coalición gubernamental en protesta por la ofensiva militar, demuestra cuán candente se ha vuelto la situación. Si los sunitas se marginan definitivamente, se abriría una peligrosa grieta en el fundamento del nuevo Estado. Por eso pasará algún tiempo hasta que se pueda hacer un balance político de estos sangrientos días de Faluya. Un principio aplicable al caso es que cuanto más rápido se anuncian los éxitos, tanto mayor debería ser el escepticismo.”
El fracaso de la invasión
El País, de Madrid, comenta: “El regreso de imágenes de bombardeos, combates y muertos en el asalto a Faluya, 19 meses después de haber sido derrocado Sadam Husein, refleja el fracaso de la invasión americana de Irak. (...) La violencia amenaza con trasladarse a otras ciudades y aumentarla, lo que, según el secretario general de la ONU, Kofi Annan, podría dificultar o impedir las elecciones previstas en enero. Estos comicios constituyen, hoy por hoy, la única válvula de escape para una situación sin salida, pero que varios grupos suníes y ulemas han llamado a boicotear tras el asalto a Faluya. (...) Las tropas americanas están encontrando resistencia, pero, como con la invasión del país, menor de la esperada. Anoche, en el tercer día de la ofensiva, decían controlar un 70% de la ciudad. Los americanos pueden ganar Faluya y seguir perdiendo Irak.
El espejismo de la paz
La Repubblica, de Roma, opina: “Recién el pasado viernes, Iyad Allaui intentaba convencer a los ministros de la Unión Europea reunidos en Bruselas de que todo marcha bien en Irak, de que en enero tendrán lugar las elecciones y el caos iraquí acabará pronto. ‘Una imagen de seguridad interior, que probablemente sea más optimista que real’, comentó esa misma noche el representante de la UE en materia de política exterior, Javier Solana. Esas palabras, formuladas en lenguaje diplomático, pueden traducirse así: es un panorama idílico pero, desgraciadamente, falso. Cinco días más tarde, el secuestro de un primo de Allaui demostró cuán frágiles son los artilugios a los que tiene que recurrir el primer ministro iraquí para vender en el exterior la imagen de un país que no existe y la esperanza de un futuro color de rosa, que no se vislumbra en el horizonte”.
El objetivo de la violencia
El matutino General Anzeiger, de Bonn, apunta: “El jefe de gobierno de Irak se ve forzado a temer cada día por su vida y la de su familia, que no está en condiciones de proteger. En el caso del secuestro de su pariente se ve virtualmente impotente, porque no puede permitirse negociar con extorsionadores terroristas. Notable resulta el valor y la disposición al sacrificio de todos aquellos que trabajan por la reconstrucción de Irak. Los atentados de sunitas y extremistas islámicos contra políticos, policías, soldados, funcionarios y civiles, contra edificios e instalaciones petroleras, tienen el mismo objetivo: demostrar que el nuevo Estado no puede garantizar la seguridad y el orden. Además apuntan a impedir las elecciones de enero, en las que sería seguro el triunfo de la gran mayoría chiíta, hasta ahora oprimida.”