Espíritu poco deportivo

Se comprende que la decepción haya cundido en los países cuyas selecciones han quedado eliminadas tempranamente del Mundial. Pero de ahí a las reacciones furibundas detectadas en algunos lugares hay un buen trecho que no conviene recorrer.

¿Dónde quedó el pacifismo costarricense?

La mayoría de la gente en Costa Rica y Paraguay está triste, pero guarda la compostura. Al fin y al cabo se trata de un juego y no todos emiten juicios tan lapidarios como la prensa local sobre sus respectivas selecciones. Pero hay algunas personas a las que se les pasa la mano. En Costa Rica, por ejemplo, el diario La Nación ha recibido varios mensajes en los que se insta incluso a incendiar el edificio de la federación de fútbol si el equipo costarricense se despide del Mundial con otro bochorno, en su último partido con Polonia. Más serena es la opinión publicada en un editorial del mismo rotativo, donde de todas maneras se plantea que "un elemental sentido de responsabilidad y decencia exige rendición de cuentas cabal, de parte de los responsables de esta triste exhibición". El diario hace notar, eso sí, que "la decepción nacional no proviene" de quedar al margen del Mundial. "Nuestra frustración proviene del ridículo. Nos convirtieron en el hazmerreír del mundo", afirma el editorialista.

Recepción hostil

En Paraguay las iras se concentran en la figura del seleccionador, Aníbal Ruiz. Allí, afortunadamente, nadie habla de provocar incendios en la sede deportiva, pero también hay quienes están tramando dar un escarmiento a la selección a su regreso. Por internet por lo visto circulan cadenas llamando a organizar una recepción poco amistosa a los jugadores. Según Der Spiegel, el entrenador Ruiz parece que algo sospechó y optó por quedarse en Alemania unos días más para ver algunos partidos. Sea como fuere, nuestra tarjeta roja de hoy va para aquellos que no saben perder con espíritu deportivo.