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Esfuerzos de última hora en Irak

19 de octubre de 2004

El deseo estadounidense de que Londres emplace tropas en las cercanías de Bagdad y las implicaciones del caso iraquí para la comunidad internacional son tema de comentario en la prensa europea.

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Destrozos causados por un coche-bomba en Bagdad el 15 de octubre.Imagen: AP

The Guardian, de Londres, opina: “Si George Bush pierde las elecciones dentro de dos semanas, es posible que la ONU se involucre en Irak, de la forma en que debería haber ocurrido desde el comienzo. Entretanto, sin embargo, corresponde hacer todo lo posible por garantizar que en enero puedan llevarse a cabo los comicios iraquíes. Si para ello los estadounidenses necesitan la ayuda británica, parece acertado otorgárselas. La opción es sencilla. O empacamos nuestras cosas y regresamos a casa, o trabajamos de todo corazón para evitar un caos.”

Un alto precio

La edición alemana del Financial Times plantea que “se ha vuelto difícil, si no iluso, esbozar una solución para Irak. (...) Quien proponga retirar todas las tropas y dejar al país librado a su suerte, se toma las cosas demasiado a la ligera. No. Los estadounidenses y sus aliados deben permanecer en Irak y necesitan la ayuda del resto del mundo, incluyendo a los que en su día se opusieron a la guerra. El precio es alto, efectivamente. Pero mucho mayor sería el precio que la comunidad internacional tendría que pagar si Irak quedara dando tumbos por la historia mundial, como un estado fracasado. Además, la señal que se lanzaría con una retirada sería fatal: una vez más, Occidente habría dado la espalda a la población iraquí. Además se emitiría un mensaje nefasto a terroristas como Abu Mussab al-Sarkawi: que basta con que la espiral de la violencia gire lo suficiente y el precio de sangre suba a niveles más altos para que la comunidad internacional ceda.”

¿Todo bajo control?

El rotativo Der Standard, de Viena, apunta: “Con una serie de actividades de último minuto, el presidente estadounidense, George Bush, y su ministros intentan dar el toque final a la imagen de un gobierno que volvió al mundo más seguro. Soldados británicos han de ayudar rápidamente en Bagdad, los países de la OTAN han de asumir compromisos concretos en Irak y otros aún mayores en Afganistán. (...) ¿Todo bajo control, dos semanas antes de las elecciones? El republicano Brent Scowcroft, quien fue consejero de seguridad de George Bush padre, ha calificado los esfuerzos del hijo como el intento de ‘rescatar una empresa fracasada’. También son un indicio de cómo podría ser la política exterior estadounidense tras una eventual reelección de George W. Bush: seguir enmarañando el asunto en el Medio Oriente, con el apoyo a regañadientes de los aliados de la OTAN.”