Escuelas ucranianas, en activo a pesar de la guerra
28 de febrero de 2025En una de las escenas del documental "Strichka chasu (Timestamp)” se explica a los niños en la clase de inglés que los soldados rusos pueden esconder munición incluso en juguetes.
En la cinta se narra cómo las escuelas ucranianas siguen funcionando desde la invasión rusa en febrero de 2022. Esta obra fue el único odocumental que participó en la competición por el Oso de Oro en la Berlinale 2025.
El impacto de la guerra
La directora Katerina Gornostai retrata el impacto de la guerra sin mostrar una sola imagen del conflicto. También evita la narración, actores que hablan o cualquier otra forma de comentario.
La documentalista muestra un mosaico de escenas de distintas aulas de escuelas primarias y secundarias de su país. Los subtítulos en pantalla identifican su ubicación geográfica y la distancia con la línea del frente de guerra.
Las escenas se alternan entre clases impartidas en distintos tipos de ubicaciones, en línea o en estaciones de metro y centros educativos, en parte bombardeados, donde las sirenas antiaéreas interrumpen con regularidad las clases. Una vez que todos han llegado a los refugios, los profesores continúan impartiendo sus clases con entusiasmo.
Un profesor de arte inspira a los niños a ver la belleza incluso en los momentos más difíciles, o un profesor de historia habla sobre el autoritarismo y destaca modelos de resistencia ucraniana.
Los niños también aprenden a dirigir un dron, a manejar armas de fuego o a cómo hacer un torniquete a una persona herida, dejando una marca o señal en el momento que lo hizo. De ahí procede el nombre del documental: es una captura de un momento único en la vida de estos niños
"Pensé que es genial que hayamos podido documentar esta parte de la realidad, que tengan una película donde aparezcan en un momento específico y tan significativo", dijo Gornostai.
El rodaje comenzó en abril de 2023 y finalizó en junio de 2024. El marco narrativo del documental dura aproximadamente un año escolar y concluye con varias ceremonias de graduación.
En una escuela, los adolescentes se gradúan, bailando para sus familiares, y en la ciudad de Bachmut, uno de los epicentros de los combates desde el comienzo de la guerra, los graduados lo celebran en línea.
Una alumna pronunció un discurso conmovedor y de esperanza al despedirse de la clase. Las lágrimas, tras la agridulce ceremonia, son la expresión del costo emocional de vivir en una zona de guerra.
Destrucción selectiva de escuelas por parte de Rusia
En los tres años de guerra de Rusia contra Ucrania han muerto 12.605 civiles, según un reciente informe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, publicado el 11 de febrero.
El mismo informe señala que desde el 24 de febrero de 2022 se destruyeron 343 instalaciones educativas y 1.319 están dañadas.
La productora ejecutiva de la película, Zoya Litvin, quien también es fundadora y directora de Osvitoria, una organización sin fines de lucro que promueve el desarrollo y la reforma educativa en Ucrania, explicó en la Berlinale que las escuelas que funcionan, lo hacen o de manera presencial o sólo en línea, o de ambas maneras.
"Timestamp" es un homenaje a la resiliencia de la sociedad y del personal docente de Ucrania, afirman las cineastas: "El aprendizaje actual es mucho más que una cuestión de conocimientos. Se trata de preservar la infancia, de crear espacios seguros donde los niños puedan seguir conectando con sus compañeros. Y yo diría que el papel del profesor es crucial. Si un profesor es valiente, los niños pueden sentirse seguros y seguir teniendo esperanza", dijo la productora en la Berlinale.
Y entretanto, la directora de la cinta dio a luz dos días antes del estreno del documental en Berlín. Esta es otra prueba de que, a pesar de los tres años de guerra, ella y muchos otros ucranianos todavía tienen esperanza en el futuro.
(rmr/ers)