Es ahora o nunca
16 de agosto de 2002De seguir el curso que llevamos, el efecto invernadero aumentará y los bosques del mundo seguirán desapareciendo afirma un informe de las Naciones Unidas presentado por la Secretaría de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible, que tendrá lugar en Johannesburgo del 26 de agosto al 4 de septiembre. Actualmente, Dresde y Praga están sumergidas, ha habido inundaciones también en Baviera y Sajonia-Anhalt, Austria y en amplias regiones de Europa del Sur, también al sur de Rusia.
No era mal agüero
Lo que los climatólogos venían pronosticando, y que sonaba más a pájaro de mal agüero que a informe científico, ya está sucediendo. El aumento de temperatura en la atmósfera acelera el carrusel de la evaporación y las precipitaciones. La lluvia se convierte en diluvio, el viento en tormenta. La polución del aire ha traído sequías en el oeste índico y, simultáneamente, lluvias diluviales en el noreste y en Bangladesh. Las altas marejadas de los océanos llevan agua salada a las fuentes de agua dulce en las islas del Pacífico Sur, los huracanes destrozan América Central. Todo esto estaba pronosticado, pero eso no es lo que importa. Lo importante ahora es estar conscientes de que ésas son apenas las primeras tragedias.
El aporte individual cuenta
Según una encuesta publicada por Greenpeace, el 83% de los alemanes están a favor de la protección al medio ambiente. Sin embargo, los datos de las emisiones, de los cerros de basura, del consumo de energía dejan mucho que desear y no tienen relación con la buena voluntad enunciada. El hombre se siente amenazado en una catástrofe, pero tan pronto para de llover, el tema de la protección al medio ambiente pasa otra vez al cajón de las buenas intenciones. Según un artículo de la revista Greenpeace, esto se explica en la teoría evolutiva con que el hombre puede imaginarse tan poco una dimensión temporal de 24.000 años como que el desodorante aerosol adquirido en rebaja es el causante directo de la destrucción de la capa de ozono.
Políticas medioambientales
El Ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, hace directamente responsable a la especie humana de la catástrofe ecológica y promete –en caso de ganar las elecciones- seguir el curso que iniciara el gobierno socialdemócrata-verde en el año 1998. El gran logro del gobierno saliente es la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en un 19% del 21% prometido para el 2010. Cuentan a su haber también los acuerdos para la reducción de la energía atómica, así como la búsqueda de fuentes energéticas renovables. Sin embargo, eso hace a Alemania sólo un tuerto en tierra de ciegos.
Para estabilizar el clima hay que reducir el consumo del petróleo y sus derivados, gas y carbón en un 80%. La tarea es tan gigantesca –y ataca tan directamente a intereses económicos a corto plazo- que los políticos prefieren no acometerla. Las negociaciones de los acuerdos climáticos han sido determinadas por criterios de crecimiento económico y de ahorro, por miedos electorales, y también por el temor a tener que pagar más impuestos. Variopintos criterios se ha seguido, sólo no el de evitar una catástrofe mundial.
La hora de la verdad
Los gobiernos del mundo tendrán pronto la posibilidad de demostrar cuán serias son sus intenciones de comprometerse con nuevas metas en pos de un desarrollo más favorable. La Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible está a la puerta. El informe de las Naciones Unidas afirma que de seguir los patrones de desarrollo actuales, la escasez de agua afectará a la mitad de la población mundial en 25 años. Mucho tiempo para ponerse en acción no queda. Tanto a nivel político como individual es ahora, o probablemente no será nunca.